Revista Talentos
Qué ha pasado, ay, mi amada flor de loto, que ni te hallo en Bali ni nada es aquí como contabas. Sí que hay unas playas preciosas, aunque están bañadas por el inmenso Índico; nada que ver, me temo, con ese pequeño Adliático a cuyo lado dijiste que me esperarías.