Una noche notó que alguien besaba su nuca y acariciaba sus cabellos. Tan placentera sensación le permitía flotar entre las sábanas, hasta naufragar: vivía sola.
Revista Talentos
Confesaba ser una soñadora. En realidad, una soñadora despierta, acosada por el insomnio que mutaba las madrugadas en realidades paralelas que se desvanecían al alba.
Una noche notó que alguien besaba su nuca y acariciaba sus cabellos. Tan placentera sensación le permitía flotar entre las sábanas, hasta naufragar: vivía sola.
Una noche notó que alguien besaba su nuca y acariciaba sus cabellos. Tan placentera sensación le permitía flotar entre las sábanas, hasta naufragar: vivía sola.