Revista Diario

El día que deje de sentir dejare de vivir

Publicado el 27 julio 2017 por Benjamín Amoedo De La Grana
El día que deje de sentir dejare de vivir
Cuando escribes a cerca de sentimientos nunca sabes muy bien por donde comenzar, como he dicho ya infinidad de veces y aun a riesgo de que esta frase se convierta en una muletilla que acompañe mi vida creo que es una gran verdad, los sentimientos son exactamente eso, sentimientos, se sienten no se explican, si fuera sencillo plasmar con palabras lo que los sentimientos nos dicen entonces dejarían de ser sentimientos. De algún modo perderían su valor si fuéramos capaces de expresarlos con milimétrica precisión, es lo bonito y lo duro de sentir, nadie puede sentir por nosotros, cada uno es dueño sin control alguno de sus propias emociones, nadie puede ponerse en nuestra piel, aun en el supuesto de que fuéramos capaces de expresar lo que sentimos con máxima y absoluta precisión a través de palabras o algún otro tipo de lenguaje nos veríamos separados irremediablemente por la interpretación que le damos a los mismos, da igual lo bien que plasmemos una emoción, pues a la hora de leerlo o verlo cada persona va a tener su particular forma de comprender y de sentir lo que le estamos contando. La extrema dificultad de los sentimientos no termina aquí, sino que es un paupérrimo inicio de un tema probablemente sin fin pues cada insignificante emoción es diferente en cada persona, cambia de forma extrema en cuestión de décimas de segundo, es impredecible, depende de nuestro estado, de la persona que nos lo diga, del momento, del tono de su voz, de la rotundidad de sus palabras, del frío, del calor, de la lluvia, de la ciudad… en definitiva es inexplicable por que depende de absolutamente todo lo que nos rodea, no hay una variable en el mundo que no intervenga de una forma o de otra en nuestros sentimientos, haciéndonos sentir valga la redundancia de forma diferente en función de como se combinen todas ellas, por eso es imposible plasmar con palabras un echo tan sumamente puntual, que varia en cuestión de milésimas de segundo con una interacción infinita de factores de por medio, el ejemplo mas claro que quizás se me ocurre es un te quiero, no es lo mismo que te lo diga tu madre, tu abuela, tu hermana, un amigo, o tu novia, por mas que yo te lo explique y tu trates de extrapolarlo en tu vida podrás tener una sensación similar, podrás hacerte una idea, pero en ningún caso sentir lo mismo que yo , he ahí la dificultad de expresar algo que no se puede explicar. Incluso un te quiero dicho por la misma persona puede tener connotaciones tremendamente distintas en función de las circunstancias, véase por ejemplo una despedida o en una boda, la misma palabra, dicha por la misma persona es capaz de desatar tristeza y felicidad absoluta en dependiendo de las circunstancias, por eso nunca conseguiremos plasmar los sentimientos de forma real, debemos limitarnos a conseguir una mera simulación que nos permita llevarlo vagamente a nuestras vidas, pero siempre alejado de la realidad por una linea increíblemente fina que lo separa, un te quiero y dos sensaciones opuestas como la felicidad y la tristeza alejadas casi de forma imperceptible solo por las circunstancias, es cierto que los extremos se tocan, pues cada extremo de un punto esta unido a otro extremo del punto que esta a su lado y este a su vez es extremo de un tercero y así sucesivamente creando un círculo en el que nos da la impresión de que todo está separado pero de una forma casi mágica junto al mismo tiempo, no importa que las distancias sean infinitas, en este caso todo esta separado y unido a la vez por absurdo que parezca. Todo esto se traslada de una forma maravillosa a la literatura, un libro de amor, romántico o que relate una historia que evoque una exaltación sentimental en general, contará la misma historia una y otra vez, pero será vivida de maneras completamente diferentes en función de la persona que lo lea e incluso dependiendo la etapa de tu vida en la que lo leas, pues no sentirás lo mismo si lo haces cuando apenas eres un adolescente o siendo un adulto, el libro, la historia, las palabras son exactamente las mismas, pero las sensaciones que nos trasmite al leer son completamente diferentes, incluso el sentido que le damos a la historia puede cambiar de manera radical pues lo mas probable es que en edades tempranas no lleguemos a comprender la verdadera profundidad de lo que el autor nos esta intentando contar. Por eso son increíbles y maravillosos los sentimientos, por que que son iguales para todos los seres humanos y al mismo tiempo radicalmente diferentes, que nos hace ser únicos en nosotros mismo.
Cuando hablamos de nuestro mundo y de todo lo que nos rodea no podemos olvidar que de una manera o de otra todo lo que vemos no es real, no existe, cada una de las imágenes que se proyectan en nuestro cerebro no son mas que interpretaciones gráficas de una infinidad de sensaciones y señales que recibimos del medio que nos rodea y que nuestro cerebro organiza y refleja de la forma que a el le parece, no es descabellado pesar que todo lo que nos rodea no existe, o no tiene la forma que nosotros creemos. Planteado desde este punto de vista entonces cabe pensar ¿Que es y que no es real entonces?, ¿Cual es la realidad autentica o definitiva de lo que nos rodea?, tampoco soy un experto en el tema ni mucho menos, pero bueno mi sentido de la lógica me dice que todas son realidades a su manera, lo que nosotros vemos es nuestra realidad, lo que un pájaro ve he interpreta es su realidad, y así con todos y cada uno de los seres que tiene capacidad de visión o de una interpretación tridimensional de las señales que reciban del medio, no creo que exista una realidad absoluta o definitiva, no creo que el ser humano llegue a tal punto de poder asegurar que determinada realidad es definitiva y no una interpretación, no creo que seamos capaces jamas de desencriptar la verdadera realidad de las cosas. ¿Adonde quiero llegar con todo esto?, sinceramente no lo se ni yo, hay días en los que tan solo quiero escribir, sin preocuparme una mierda por las faltas de ortografía o mis errores de puntuación, por que adivinadlo, son tan solo una interpretación, de alguna u otra forma todo lo que vemos es real y no lo es al mismo tiempo, bromas a parte, ¿Tiene sentido pensar en la existencia cuando ni si quiera nosotros mismos podemos asegurar rotundamente si el boli que sostenemos en la mano es real o no o, si su forma es tal cual nosotros la percibimos?.
Demasiadas vueltas sin sentido pensareis, no del todo, al final es terriblemente paradójico pensar que un universo en teoría infinito se puede comprender en una linea aterradoramente estrecha, algo infinito cabe en una diminuta interpretación de miles de percepciones, la linea que separa la felicidad del dolor mas insoportable, la vida o la muerte es muy muy estrecha, mas estrecha incluso que el diámetro de un simple cabello, una insignificante conexión neuronal de un diámetro menor que el de un pelo es la invisible linea que nos separa de vivir o morir, cruel o no es la realidad (Puede que a lo mejor no sea tan sumamente extremo, pero se entiendo la cuestión), el sentido final de lo que digo es que todo un universo infinito está comprendido en una separación insignificante, milimétrica, que distancia el amor del dolor, la vida de la muerte en cuestión de décimas de segundo en un universo infinitamente diminuto comprendido en un tiempo implacablemente veloz que no perdona, que no se para, que nos separa, que divide nuestras emociones y nuestra vida de forma caprichosa con cada latido, latidos que nunca deben de cesar, pues el día que lo hagan supondrá nuestro triste y cruel final. Entonces dejaremos de sentir, dejaremos de vivir.

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