Revista Diario

El Hispano 3ª Parte

Publicado el 21 enero 2012 por Maricari
 Ave, Hispano, la V y la X te saludamos!
Parte 2ª

El Hispano 3ª ParteEl Hispano 3ª Parte

Anfiteatro de Mérida. Actualmente

Esos días de estudio observando al enemigo común de espada y plano, estudiando su comportamiento, sus estrategias y por qué lo hacía, los pros y los contras, y se decidieron. Tendrían que construir el pentágono alargado a un lado del lecho del Ana, para que lanzase las aguas hacia la orilla contraria. Se felicitaron, se saludaron con honores de constructores, había dejado de ser centurión, había dejado de ser un guerrero, pero entonces ¿qué era ahora? Llevaba muchos años conviviendo ya con arquitectos y menos con sus soldados, los dejó en campaña, y los de Emérita eran peleles, sólo sabían de alguna patraña y de cobrar los tributos de paso.

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Circo Romano de Mérida. Actual

Ya no jugaba con su hijo a soldados, le contaba lo que hacía, cómo se comportaba el río, como afrontar sus crecidas, cómo unir sus dos partes. O le daba clases teóricas sobre qué diferenciaba un tajamar de un arquillo aliviadero, o qué eran arcos unidos por cajas de relleno con conglomerante hidráulico. Le decía a su hijo, que el conglomerante se colocaba por el exterior, sillares de granito y, en el interior, relleno de hormigón; todo encaminado, como no puede ser de otra manera, para arriostrar los arcos del puente... Como no puede ser de otra manera..., se oía así mismo y se extrañaba, había engordado, no hacía ejercicio y ya no iba a caballo, conquistaba dos puentes al Río y rendía una ciudad a su césar.
El Hispano continuaba la lección, cada vez con más seguridad, con más firmeza, con más saber, como más capitán general, ¡cómo puede cambiar un hombre su estilo de vida!
¿Y para las crecidas?, para las crecidas y que no se lleve la estructura del puente, reforzamos con hormigón romano. Había aprendido que hay que abrir los arcos para aliviar las crecidas… esto siempre le entusiasmó, sabía de aliviar los centros en la batalla y abrir los flancos… pero ésto le parecía ya tan lejano.
Primero fue labriego, luego guerrero y ahora, ahora era constructor  para gloria de Emérita Augusta.

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Acueducto de los milagros de Mérida. Actual

Le había costado mucho convencer a los arquitectos que tenían que construir un dique delante de las murallas (como cuando creaba su línea de ataque con picas de madera para sujetar a la caballería enemiga) era necesario, se ganaba terreno a la orilla y se evitaba que las aguas que bajaban con mucha fuerza, bravías ellas, hiciesen daño a las piedras donde se apoyaba la muralla defensiva. Y otro día, se le ocurrió la idea de establecer un camino sobre el dique que llevase directo a las puertas, porque a él le ahorraba tiempo y pasos, ya rara vez iba a caballo, y la espada no sabía dónde la había olvidado.

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Teatro Romano de Mérida. Actual

Las materias primas llegaban a Emérita y salían elaboradas hacia Roma, hacia Olisipo (Lisboa, Portugal), Salacia (Alcácer do Sal, Portugal) e Hispalis (Sevilla, España). Su césar le comunicaba que se iban a realizar obras de ampliación del Anfiteatro para mayor gloria de su persona. Más trabajo que dirigir ahora que estaba próximo el fin del siglo I después de Cristo, sobre quién comenzaban a llegar noticias de su sencilla y extraordinaria vida. Y otra vez, su entusiasmo, por su césar, por su amo.

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Vista del Teatro Romano de Mérida. Actual


Cuántos buenos ratos había pasado con su familia en su Anfiteatro desde que dejó la guerra, desde que tomó el mando. Con un pequeño ludus (zona de juegos), excavado en la roca natural, con una inma cavea (graderío) que él dominaba con un solo golpe de vista, que ya no era la que era, y donde participó en algún combate fingido, por sus amigos, por su césar.
Augusta Emérita de su mano, era la capital de Lusitania, brillaba, la había revestido de mármol. Rebosaba prosperidad y tranquilidad. El César repartió tierras a los colonos y los veteranos de las legiones V y X se habían asentado en su ciudad, para su descanso, por lo que todos los días había circo, combates, gladiadores, teatro... El mismo día que vinieron del frente, hicieron el saludo del César en la persona del Hispano:- ¡Ave, Hispano, la V y la X te saludamos!
Había sido como una larga campaña, larga y el Hispano podía al fin descansar…
P.D.: "¡Al César lo que es del César y ... a Mérida su historia romana!"

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Museo Romano de Mérida. Actual


{¡F_I_N!}


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