Aquella mañana, el pescador se acercó a él con sonrisa serena y le miró a los ojos. En sus manos puso la caña de pescar.
Revista Talentos
Vivía humildemente. Se sentaba en la orilla del río y mendigaba la caridad de los pescadores. De los peces que le daban, hacía su sustento.
Aquella mañana, el pescador se acercó a él con sonrisa serena y le miró a los ojos. En sus manos puso la caña de pescar.
Aquella mañana, el pescador se acercó a él con sonrisa serena y le miró a los ojos. En sus manos puso la caña de pescar.