Revista Diario

El poder de las preguntas

Publicado el 17 abril 2014 por Alxndro @al_x_ndro

Quizás habrás notado que muchos de mis artículos los termino con preguntas. En vez de cerrarlos con alguna oración cerrada y final, dejo una pregunta que yo francamente no puedo contestar porque es para ti.

Y es que hay algo curioso sobre las preguntas que es importante notar: no puedes evitar responderlas. Es decir, en cuanto encuentras una pregunta conforme andas por la vida, tu mente no puede menos que considerarla, aunque no conozca la respuesta.

Es como cuando aprendemos a leer. Una vez que aprendes a leer, no puedes evitar notar que las palabras que encuentras en diferentes letreros y papeles que cruzan tu vida son palabras. Así, una pregunta te hace cuestionarte. Es un reflejo humano.

¿Cuál es el sentido de la vida?
¿Qué es el amor?
¿Quién dice la verdad?

No importa que no sepamos la respuesta, una pregunta mueve algo en nuestra mente que nos hace considerar posibles respuestas aunque no podamos asegurar cuál es la correcta.

De hecho, las preguntas no tienen necesariamente sólo una respuesta correcta. Puede que incluso que, más que existir para encontrar respuestas, existan para que nos maravillemos ante algo y creemos algo por nosotros mismos.

(Como mencionaba cuando hablaba del Pensador y el Comprobador, lo que decidimos que es cierto para nosotros, es cierto dentro de nuestra experiencia. Por eso se vuelve fundamental poner atención a qué preguntas nos hacemos cotidianamente, pues ellas ayudan a definir parte de nuestra realidad.)

Hay incluso personas que dicen que la calidad de las preguntas que nos hacemos a nosotros mismos hablan de la calidad de nuestra vida.

No es lo mismo preguntarse ‘¿Por qué las personas son así conmigo?’ que ‘¿Qué estoy haciendo para que las personas me traten así?’. Ni tampoco es lo mismo ‘¿Por qué las cosas no salen como yo espero?’ que ‘¿Qué necesito aprender para tener los resultados que deseo?’.

Esos fueron unos ejemplos muy generales, tú sabes mejor que yo qué cosas te preguntas (¿ya contestaste la encuesta?), quizás aún un poco inconscientemente.

Ahora, si te interesa hacerte preguntas de mayor calidad, se me ocurren tres recomendaciones que puedes usar para darle más sustancia a tus interrogantes:

  • Hazte responsable de lo que te preguntas. En vez de preguntarte por qué otros hacen algo, o por qué el mundo es de cierta manera, cambia la pregunta a lo que tú haces y puedes hacer.
  • Piensa en qué puedes dar. En vez de preguntarte cómo puedes hacer para obtener o recibir algo que anhelas, piensa en qué puedes crear para otros, qué puedes dar que naturalmente atraiga lo que deseas vivir.
  • Evita preguntar ‘por qué’. Esa pregunta no es en esencia mala, pero lo que tiene es que suele desatar un hilo de pensamiento que termina en justificaciones sobre nuestro comportamiento o las ideologías que son de nuestra preferencia. Úsala si te es útil, y prueba cambiarla por ‘para qué’ cuando termines en justificaciones, esto te llevará a pensar en objetivos (del pasado te lleva al futuro).

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