Revista Literatura

El precio de amar diferente

Publicado el 16 marzo 2012 por Daniela @lasdiosas
En octubre de 1999, Rocío Wanninkhof fue encontrada muerta en un escampado en medio de un charco de sangre, con indicios de haber sido arrastrada a ese lugar, cerca de su casa en Calas de Mijas en la provincia de Málaga, España. Aunque en un principio se acusó a su novio del asesinato, rápidamente esta opción fue desechada para acusar a Dolores Vázquez Mosquera, quien durante varios años había sido pareja de su madre. La prensa no desaprovechó la oportunidad para hacer todo tipo de análisis, elucubraciones, juzgamientos y sentencias sobre cómo el comportamiento sexual de Dolores habría influido en el asesinato. La lapidaron mediáticamente, como se dice ahora, el paredón convertido en una pantalla, con periodistas que cumplen iguales funciones que el pelotón de fusilamiento.
Dice Beatriz Gimeno que la prensa se encargó de desarrollar la figura de la lesbiana perversa, que al romper la heteronormatividad estipulada, coloca su transgresión, el confrontar el poder patriarcal, en el umbral de lo abyecto, lo proclive a la maldad, que explicaría el asesinato. Que si era masculina, que si hacía ejercicio, que si le gustaban las artes marciales, que si no se reía lo suficiente, que si no lloraba, que si mostraba insensibilidad, que si era “pusilánime y muy gallega”, como dijo el fiscal, agregándole un elemento identitario adicional, todo lo cual, se decía, reflejaría la tendencia criminal de Dolores. Luego de una deliberación de treinta horas, ella fue condenada a 15 años de prisión, sin que se haya encontrado una prueba contundente de que hubiera cometido el asesinato.
Luego de unos meses, debido a un nuevo asesinato de otra joven se tuvo las pruebas de que quien había cometido el asesinato no era Dolores, sino un hombre británico llamado Tony Alexander King, con largo historial delictivo en su país y cuyas huellas digitales se habían encontrado en el lugar del crimen, por lo que Dolores tuvo que ser liberada.
Ángel Acebes, ministro de Interior de España del 2002 hasta el 2004, dijo que la acusación a Dolores se debería a que tenía “el perfil delincuencial más verosímilmente considerado”. Ella “nació en Betanzos (La Coruña) el 3 de diciembre de 1951, no tiene antecedentes penales, es lesbiana y trabajaba en un hotel de Marbella cuando fue detenida.”(1) Nada de esto por supuesto es una prueba de asesinato, pero sirvió para azuzar la histeria colectiva y colocar a la Dolores, que había ayudado a criar los hijos de la otra, incluyendo a Rocío, y a quien los testimonios presentaban como una persona solidaria y buena, como la mala, la peor, la que por su orientación sexual es verosímil que sea la asesina
El caso Wanninkhof parece repetirse estos tiempos en nuestro país en dos casos de asesinatos y que involucran a mujeres que han mantenido relaciones amorosas con otras mujeres. Primero fue la sentencia a 30 años impuesta a Abencia Meza, quien fue acusada de asesinar a su pareja, sin que se tenga pruebas irrefutables del hecho, basándose también en el comportamiento mostrado por la acusada, a quien su pareja acusó de violenta en un video que había grabado, y que se utilizó como una de las pruebas, siendo otra la pericia psicológica que se le realizó. Con relación a dicha pericia, el abogado Lamas Puccio señala: “en ese contexto yo sí creo que eso es subjetivo porque ésta describe la personalidad de Abencia. No puede ser una prueba absoluta para poder condenarla en esos términos.”(2)
La práctica de estas pruebas se justificaría en el caso de las mujeres que tienen relación con otras mujeres porque al “luchar contra la corriente” los vínculos sentimentales serían más intensos. Por lo tanto, al haber más pasión, tendría que haber más inclinación al asesinato, parecen decirnos en esta especie de confabulación que existe entre la justicia y la prensa para cuando se juzga a mujeres que se atreven a salir del molde, que rompen la norma, que se enfrentan a la hipocresía de una sociedad y justicia pacata que condena el amor entre personas del mismo sexo, mientras se hace de la vista gorda con la prostitución y la trata de personas, la violación a los derechos de las mujeres, de los niños y las niñas. “Mi único error, mi único pecado, y creo que eso me lo tiene que sentenciar Dios, es mi opción de ser lesbiana,”(3) dice Abencia Meza casi con culpa, concediendo en su propio discurso que su preferencia sexual podría ser una equivocación.
El caso de las jóvenes Eva Bracamonte y Liliana Castro, que también ha tenido un gran revuelo mediático y en el que se han combinado todos los factores reales o inventados que pueden hacer un gran reality show, es decir, dinero, poder, narcotráfico, peleas de hermanos, y hasta brujería, la cosa no ha sido diferente. Detenidas desde hace más de dos años, acusadas de asesinar a la madre de una de ellas y para quienes la fiscal ha pedido 35 años de prisión efectiva, se han visto permanentemente en las pantallas y en los diarios acusadas y ya sentenciadas por el hecho, especialmente por Ariel Bracamonte, hermano de Eva, a quien la prensa no ha dejado de dar espacio, a diferencia de las chicas, que han tenido pocas oportunidades de dar su versión. Por suerte, pese a este masivo linchamiento mediático local, hubo un reportaje de un canal de televisión(4) en estos días que nos permitió acercarnos a una dimensión del caso que tiene bastante parecido con los otros mencionados, en donde el comportamiento sexual de las acusadas, el haber roto la norma, el atreverse a amar diferente y haberlo expresado públicamente, resulta para la justicia un factor que demostraría la posibilidad de tener un comportamiento delincuencial. Esto se puede leer en el pedido de la jueza Nancy Choquehuanca que se realice una pericia psicológica y siquiátrica a las dos jóvenes para “determinar su comportamiento sexual y su predisposición a cometer actos ilícitos”(5), según se informó en el reportaje citado, mostrando de esta forma que en el Poder Judicial hay una manifiesta lesbofobia, como han denunciado varias organizaciones.(6)
Eva Bracamonte ha denunciado el tipo de preguntas que le hizo el psicólogo encargado del peritaje, el que vale señalar no se hace para el tipo de delito del que son acusadas las jóvenes, sino para delitos de tipo sexual, según lo ha investigado la periodista Bibiana Melzi, quien está siguiendo el caso.(7) Las preguntas en realidad más parecen dirigidas a satisfacer la curiosidad sobre el sexo entre mujeres, que a determinar algún factor que lleve a una persona a cometer un asesinato: “Me preguntaron sobre mis preferencias, si me gustaba el sexo anal, las orgías, cuántas veces al día me masturbaba, a partir de cuándo tuve relaciones sexuales con Lili, quién era la pasiva y la activa, qué le hacía una a la otra, si prefería hacerle sexo oral a hombres o mujeres, todo tipo de asquerosidades”. No se puede dejar de mencionar cómo en las preguntas se manifiestan los estereotipos y los imaginarios que existen sobre las relaciones entre mujeres.
Por su parte, la joven Liliana Castro declara en relación a la pericia realizada que “cuando terminó uno de los exámenes, el psicólogo me recomendó probar un hombre”. Señala la filósofa María Mercedes Gómez que “el deseo lésbico no se constituye en relación con el deseo de lo masculino; por ello lo amenaza.”(8) El psicólogo en este caso no representa otra cosa que el del orden heterosexual, amenazado por la irrupción de nuevas formas de vivir la sexualidad y que tiene que transformarlas en maldades, horrores, monstruosidades para intentar combatirlas o que sean vistas con una óptica distinta por la sociedad. Que si no lloran, si parecen duras, que si no se ríen, que si son frías, que si festejaron el cumpleaños, que si tienen pinta de macho, son otros de los comportamientos que se colocan en los medios para crear una corriente de opinión sobre las mujeres acusadas. Nada o muy poco sobre aspectos que resalten su real dimensión como personas. “Nadie sabe que tengo un trabajo en el que tengo 10 años, nadie sabe que fui becada en la universidad por deporte, que todos los logros que he tenido han sido por mí misma,” dice emocionada Liliana conteniendo apenas las lagrimas en un programa de televisión. Y es que en el afán de seguir mostrando las rupturas al orden heterosexual como monstruosas, los muchos casos de mujeres que aman a otras mujeres y que aportan a las sociedades permanecen “enclosetados”, son ocultados por la prensa o apenas mencionados. Por ejemplo, en estos momentos en que Islandia se levanta de la debacle en que la dejaron los banqueros y que surge como el ave Fénix bajo la conducción de las mujeres que constituyen la mayoría en el Gobierno, ¿cuántas personas en nuestro país, periodistas, juezas y jueces, psicólogos, abogados, etc. saben que la primera ministra Jóhanna Sigurdardóttir, primera mujer elegida para este cargo en la historia de dicho país está casada con una mujer? Habría que contárselos a ver si de algo les sirve.
Por Rosa Montalvo ReinosoNoticias Ser Perú
Notas:
1) “Tony King : el culebrón de la costa”, Adegüello, s/f. http://www.adeguello.net/ade2b.htm2) “Caso Abencia Meza: Abogado Luis Lamas Puccio analiza al detalle la condena de 30 años”, La República, 9 de febrero del 2012http://www.larepublica.pe/09-02-2012/lamas-puccio-analiza-al-detalle-la-...3) “Abencia Meza: No tengo miedo a la justicia porque no hice nada”, El Comercio, 3 de febrero del 2012.4) “Homofobia en el caso Fefer”, Panorama, Panamericana Televisión, 4 de marzo del 2012.http://www.youtube.com/watch?v=7uJ6edjmWKU5) “Caso Fefer: Eva Bracamonte y Liliana Mannarelli denunciaron ser víctimas de homofobia”, El Comercio, 5 de marzo del 2012. http://elcomercio.pe/lima/1382967/noticia-caso-fefer-eva-bracamonte-lili...6) “Lesbofobia en los pasillos del Poder Judicial peruano”, Movimiento Manuela Ramos, 11 de marzo del 2012. http://www.manuela.org.pe/lesbofobia-en-los-pasillos-del-poder-judicial-... “Una justicia que sanciona a las lesbianas por ser lesbianas no es justicia”, Movimiento Homosexual de Lima, http://www.mhol.org.pe/.7) “Bibiana Melzi: Tenemos un Poder Judicial homofóbico”, La Mula, 13 de marzo del 2012. http://lamula.pe/2012/03/14/bibiana-melzi-tenemos-un-poder-judicial-homo...8) Citada en Andrea Lacombe, “Crónicas Marcianas”, Centro latino-americano em sexualidade y directos humanos, s/f. http://www.clam.org.br/publique/cgi/cgilua.exe/sys/start.htm?from_info_i...

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