Revista Literatura

El reto de alfa y beta

Publicado el 11 julio 2015 por Alsegar

SI QUIERES PUEDES ESCUCHAR LA CANCIÓN MIENTRAS LEES
EL RETO DE ALFA Y BETA.
Las dos
primera letras griegas

dando nombre
al alfabeto;

ese conjunto
de caracteres

desafiantes,
seductores, retadores.

Y yo acepto
el reto de la escritura;

cayendo en la
tentación de juntar esas letras

para
convertirlas en rebeldes palabras.

¡Ja! Mi
rebeldía de adolescente,

aquella con
la que me iba a comer el mundo,

convertida
en el menú de mi nostalgia.

Sucumbo al
hechizo gramatical

que me invita
al uso de la metáfora

para ser
capaz de dibujar con estrofas,

para poder mostrar
las transparencias de la vida,

y también
sus opacidades.

No me
conformo con dilapidar calendarios.

Por algún
motivo que desconozco,

también
siento la necesidad

de escribir
lo que vivo y lo que veo;

de escribir sobre
los silencios del hombre triste,

de escribir sobre
las euforias del enamorado,

o sobre los
murmullos del hombre cansado

que detesta
su vida,

creyendo en
su ignorancia,

que es mejor
la que los demás viven.

Rebusco en
mi interior

hasta
encontrar las puertas

que mi
orgullo mantiene cerradas.

Mi ego no
quiere creer que sea vanidoso,

ni mundano,
ni superficial,

pero lucho
hasta dar con la llave

que abre los
cerrojos de mi vanidad,

y abro esas
puertas

y me
desnudo,

y es
entonces cuando escribo;

y es como si
lo hiciese sobre un río

cuya
corriente

arrastra mis
palabras hasta mar abierto,

hasta la
libertad.

Quiero ser
yo mismo en mis libros;

una
reencarnación de papel y tinta

donde
exhibir mi espíritu inquieto,

donde
mantener las ganas de vivir,

donde
recuperar el aliento,

y donde el
tiempo perdido

pueda
convertirlo en versos.

Porque las
palabras están ahí,

detrás de
cualquier historia,

detrás de
cualquier emoción,

de cualquier
dolor,

de cualquier
alegría.

Tan solo se
trata de sacarlas a la luz,

exhibiéndolas
cual trofeo

ganado al reto
del abecedario;

porque escribir
es otra manera de hallarse:

descubrir
nuestra vida en versos,

imaginarla
en poemas,

vivirla como
en un soneto.

Paso mi
tiempo libre refugiado entre libros,

camuflándome
entre sus renglones en blanco,

soñando con
convertirme,

algún día,
en domador
de palabras,

hasta
conseguir hacerlas pasar

a través del
círculo de fuego

para que
luego quemen sobre el papel.

Leo y
escribo; escribo y leo,

intentando
comprender

porque
suceden las cosas;

por qué de
tan tonto soy bueno,

por qué me
dan con el mazo

si no voy
rogando a ningún dios.

Y así
seguiré buscando esos versos ocultos,

esos poemas
ignorados

escondidos
en algún lugar,

esperando
ser encontrados,

esperando
ser mostrados

como una
victoria

al reto de
alfa y beta;

y una vez
conseguido

ofrecértelos
para poder llegar hasta ti,

para que
veas que en realidad

no somos tan
diferentes como parece.

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