Hace dos segundos que la que se sentó a escribir estas palabras ya no es la misma. Los cambios se producen en solo segundos, en un click, al igual que las revoluciones más profundas. Una persona en una computadora puede cambiar el mundo hoy en día. Un escritor puede llegar a inspirar erupciones de pensamiento desde donde sea. Las palabras son filtradas debido al monopolio de la imagen.
Pero, sigo aquí, escribiendo. Como si fuera una maldición inconclusa que me persigue. Como si fuera el viento sin sentido alguno. Como si fuera una moneda extranjera que aparece frente a nuestros ojos. ¿Cómo ha llegado aquí? ¿Alguien más la ve? Inexplicable.
Fotografia de Matt Artz