Revista Diario

Enseñando español

Publicado el 07 septiembre 2010 por Metafisica
Dicen por ahí que la mejor manera de aprender un idioma es buscarse una pareja originaria del país en cuestión. Eso es porque no contaban conmigo.
Lo confieso: en los meses que llevo con mi chico francés, prácticamente lo único que le he enseñado han sido palabras escatológicas o malsonantes. En mi defensa, no hay nada más divertido que escucharle decir barbaridades dignas de un obrero de la construcción con su dulce acento francés. Y él, feliz de aprender el español "de puta madre".
Ayer aprendió a decir "domingas". Mientras me iba, aún podía escucharle repetir para si mismo: "¡Qué domingas más grandes!", "Me gustan las domingas" y su preferida, "¿Me haces una cubana con tus domingas?".
Probablemente vaya al infierno, lo sé, pero lo que me habré reído por el camino...

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