Revista Talentos

Entre lo fácil y lo correcto

Publicado el 13 febrero 2012 por Beatrizbeneitez

Entre lo fácil y lo correctoBeatriz Benéitez Burgada. SantanderEn el planeta Tierra vivimos alrededor de 400 millones de hispanohablantes. Aunque es difícil saberlo con exactitud, dicen algunos estudios que nuestro idioma, el castellano, cuenta con más de 300.000 palabras, de las que nosotros utilizamos en nuestro día a día entre dos mil y cinco mil, algunas más en el caso de las personas muy cultas. Es una pena, porque corremos el riesgo de que terminen perdidas en el olvido, y son parte de nuestro patrimonio cultural. Muchas de ellas no las utilizamos a pesar de conocerlas. Quizá porque no estén de moda. Me gustaría reivindicar algunas de ellas. Bastantes, en realidad, pero para que nadie se duerma, elegiré tres por el momento.
Una de ellas es altruismo, término significa desprendimiento, filantropía y desapego; solidaridad interpersonal. Fue acuñada por el filósofo francés Augusto Comte en el siglo XIX, en oposición al término ¨egoismo¨ y a partir de la palabra italiana ¨altrui¨, que significa ¨el otro¨. La Real Academia de la Lengua lo define como el esmero y la complacencia en el bien ajeno, aún a costa del propio y por motivos puramente humanos, de servicio a la sociedad. En el lado opuesto estarían el egoismo, la avaricia, la ambición o la codicia. Se trata, en definitiva, de intentar hacer la vida un poco más agradable a los demás, tratar de contribuir a la felicidad de otro y ser solidarios con nuestros semejantes. Altruismo, preciosa palabra que tiende a estar en desuso aunque, por suerte, aún hay muchas personas que lo practican. Otra de esas palabras que nos regala el castellano y a la que hoy quiero dedicar unas líneas es ¨compromiso¨. Tiene muchos significados, pero me centraré en los que la RAE define como ¨obligación contraída¨y ¨palabra dada¨. Compromiso es lo que puede transformar una promesa o un objeivo en una realidad, un término que habla de nuestras intenciones, la firme decisión de cumplir nuestras promesas, aunque las circunstancias no sean todo lo favorables que esperamos en un principio. Es el triunfo de la integridad sobre el escepticismo. Entre lo fácil y lo correctoY aquí llegamos a la ¨integridad¨. Integridad personal no es otra cosa que vivir de acuerdo con lo que dicta nuestra conciencia. En una sociedad en la que cada vez nos acercamos más al todo vale, puede que cada día sea un poco más difícil mantener la integridad, que a su vez implica honradez, bondad, confianza, valentía y compromiso. Escuché el otro día en una conferencia de Juan Carlos Cubeiro, que a menudo nos vemos en la tesitura de elegir entre lo fácil y lo correcto. La integridad tiene mucho que ver con la segunda opción. Los griegos eran expertos en hacer figuras en mármol. El valor de las obras disminuía cuando en ellas se descubrían grietas. Algunos artistas las rellenaban con una cera especial que las daba un apariencia perfecta, pero que se derretia bajo el sol, quedando descubierto el engaño. Era habitual leer carteles qe anunciaban la venta de figuras en mármol puro, sin cera. Ese es el origen de nuestra ¨sinceridad¨. Y eso es lo que significa integridad: sin grietas, sin fisuras. Altruismo, compromiso e integridad. Tres palabras macizas, que estarían huecas sino fueran llevadas a la práctica.

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