Érase una vez...: "Las Estrellas De Mar"

Cierto día caminando por la playa, me percaté en una persona que se agachaba a cada momento. Recogía algo de la arena y lo lanzaba al mar. Hacía lo mismo una y otra vez.

Cuando me aproximé, me di cuenta que lo que esa persona cogía eran estrellas de mar, que las olas depositaban en la arena y una a una, las iba arrojando de nuevo al mar.

Intrigado, la interrogué sobre lo que estaba haciendo, a lo que me respondió:

- Estoy lanzando estas estrellas marinas nuevamente al océano. Como puedes comprobar, la marea está baja y estas estrellas se han quedado en la orilla; si no las arrojo de nuevo al mar, terminarán muriendo aquí en la arena, por falta de oxígeno.

- Entiendo, le dije. Pero, debe haber miles de estrellas de mar sobre la playa, ¡no puede lanzarlas a todas! ¡Son demasiadas! Y quizá, no sé de cuenta que esto sucede probablemente, en cientos de playas a lo largo de la costa, ¿no estará haciendo algo, que no tiene sentido?

La persona sonrió, se inclinó y tomó una estrella marina y mientras la lanzaba de vuelta al mar me respondió:

Cada reflexión o pensamiento que se ha ido publicando en este blog, está representado por cada una de ellas, por cada una de estas estrellas que se ha ido arrojando al mar...

Sé que en este mundo en el que vivimos, tan complicado y en el que vivimos de una forma tan apresurada que muchas veces, no somos capaces de percatarnos de muchas actitudes reflexivas, de empatía, de afecto, de solidaridad, de fraternidad, de complicidad,... que a veces, no llegan a conseguir el efecto perseguido y se quedan en el camino, como las estrellas varadas en la arena; pero, he de intentar con cada uno de mis escritos, intentar llegar al corazón de alguno de vosotros, mis cómplices, por pocos que seáis, unas veces, conseguiré llegar a más y entonces pondré a salvo a muchas más estrellas en el mar y otras veces, simplemente, pasaré de largo ante vuestras miradas y aunque yo me empeñe en "salvaros", no servirá de nada porque antes de nada está vuestra propia libertad de elección.

Sé que nada puedo hacer para solucionar las penas del mundo, pero mucho puedo hacer para ayudar en el pedacito del mundo que me toca vivir.

Si alguna vez, pude a través, de estos pensamientos, reflexiones, cuentos, poemas, adivinanzas, juegos de palabras o de imágenes, afirmaciones, conceptos,... llegar a hacerte sonreír, o llorar, o emocionar, o reflexionar o simplemente pasar un buen rato, entonces, eres una de esas estrellas que ha vuelto al mar, a contarle a las otras que la bondad y la generosidad del ser humano aún existe y que todavía, podemos encontrar personas que siguen creyendo en los demás.

(Adaptación de un escrito anónimo)

¡Hasta pronto, cómplice... (o estrella de mar, tal vez 😉)!