Revista Literatura

¿Eres el reflejo de lo que escribes?

Publicado el 21 junio 2015 por Blancamiosi
Cuando era lectora y ni siquiera había cruzado por mi mente la idea de escribir una novela me preguntaba: ¿qué sentirían los escritores cuando los lectores se introducían por horas en lo que ellos habían plasmado en sus libros? Me imaginaba que sentirían la sensación de un zumbido dentro de sus cerebros, o algo por el estilo, sobre todo si eran superventas. 

Hoy, después de catorce años de escribir sé que no es así. No existe una conexión invisible entre el lector y el autor, aquella idea romántica que yo tenía de una especie de vinculación mental sé que es imposible. Existe, sí, una conexión bastante fuerte entre el lector y la obra que el autor escribió. Puedo decirlo por experiencia. Cuando leo un libro y me engancha y cala en lo profundo de mí ser puedo pasar días pensando en el protagonista, aun después de haber terminado de leerlo. Es lo que supongo sucede con todos los buenos libros.

Hoy en Facebook publiqué una pregunta que hizo una amiga lectora, María José Feria, en Google+: 

"A veces, abres un libro y estás mirando la radiografía de su autor; a veces..."
Tal cual, con los puntos suspensivos y todo. ¡Ah... esos puntos! Sugieren mucho más que un etcétera. Mucho más. Por eso debemos tener tanto cuidado al usarlos en la narrativa, su exceso puede convertir un texto en algo ilegible.
Pero volviendo a lo que iba: No es verdad que todos los escritores utilicen las novelas como una especie de psicoanálisis en el que vuelquen sus frustraciones, carencias o experiencias propias. Así como no tenemos mentes criminales ni somos la esencia de la madre Teresa de Calcuta, nuestras historias reflejan solo lo que nuestras mentes imaginan que podría ocurrir en determinadas circunstancias.

En lo personal prefiero no dejar trazos de mí en lo que escribo. No soy muy dada a contar mi vida ni a hablar de mí misma. Jamás llevé un diario, creo que porque tenía tendencia a ocultarlo todo, a guardarlo todo, a hablar lo menos posible para pasar inadvertida.Tampoco pienso algún día hacer una autobiografía, porque no quisiera involucrar a otras personas que necesariamente tendrían que estar en ella. Y créanme, hay pasajes muy oscuros de mi vida. Demasiado tenebrosos como para que algún día pueda la luz llegar a iluminarlos.

Es todo lo que pienso decir de mi niñez y adolescencia. Mientras tanto prefiero alejarme con mis libros y sus personajes lo más posible de mí propia existencia. De eso se trata la labor de un escritor. De crear de la nada y hacer que los lectores piensen que es un evento que sí ocurrió. Como lectora que soy lo percibo así, y es como deseo que me recuerden mis lectores. "La mujer que escribía historias de hombres que gustaban a las mujeres". Como cierta vez Marlene Moleon explicó sabiamente en una sola frase en un artículo de Eriginal Books.

Es todo por hoy, amigos,

¡Hasta la próxima!

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