Revista Literatura

Escribir ciencia ficción no solo es sumar palabras

Publicado el 12 diciembre 2017 por Cabaltc

Cada vez que llega y pasa el NaNoWriMo, parece que lo único que importa cuando escribimos es el número de palabras tecleadas. Y no solo eso, sino el número de palabras que hay cuando cierras el programa de escritura que uses (que espero que sea Scrivener :P).

Sin embargo, escribir ciencia ficción no es solo sumar palabras. Hay varias cosas adyacentes a escribir que conllevan mucho más tiempo que la escritura en sí. Así que no viene mal que las recordemos.

Escribir ciencia ficción y lo que implica

Para serte sincero, hago esta reflexión porque yo mismo tengo cierta tendencia a sufrir de palabritis, ese nuevo término que acabo de acuñar.

Palabritis: dícese de una enfermedad crónica que afecta a aquellos que escriben y les sumerge en una necesidad imperiosa de acumular palabras escritas sin importarles nada más.

Pero, igual que hago yo, tú también deberías considerar que hay cosas más importantes que escribir. Cosas de las cuales depende que tu trabajo sea bueno, mediocre o una basura.

Qué más necesitas para escribir ciencia ficción

Está claro que el número de palabras es importante para escribir ciencia ficción y para escribir cualquier otra cosa. No es lo mismo 5 que 500 o que 50.000. Pero hay que saber distinguir algo vital en esa cantidad escrita.

Mucho más ahora, que salimos de la resaca del NaNoWriMo y todo tu entorno estará presumiendo de las 40, 50 o 60 mil palabras que ha escrito este mes. Yo, por si te interesa, he escrito 11.000 palabras en noviembre. 11.000 palabras que me saben a gloria, por lo que he conseguido con ellas y por la situación tan complicada que he vivido a nivel personal; aunque ese es un tema que no viene a cuento.

El caso es que, como te decía, escribir ciencia ficción es mucho más que juntar una palabra detrás de otra.

1. Calidad vs cantidad

Si eres un escritor novel y todavía no has publicado nada, quizá no te hayas enfrentado al duro proceso de corrección de tu historia. Si eres un escritor con tablas, ya verás por dónde van los tiros.

Cuando yo empecé a escribir de manera profesional, hace ya cuatro años, tenía ratio palabras/hora mucho más elevado del que tengo ahora. Sin embargo, ahora escribo mucho mejor. Cualquier escritor que haya escrito cuatro años (y haya recibido correcciones, críticas y formación) escribe mucho mejor que al principio.

¿Y eso se traduce en menos palabras por hora? En mi caso sí. Pero si hay algo que se suele olvidar cuando contamos el número de palabras totales, es el tiempo que tardarás después en editarlas y corregirlas hasta hacerlas potables.

¿Se puede escribir una novela en un mes? Sí, pero… ¿qué calidad tendrá?

Puede que yo escriba menos palabras ahora, pero te puedo asegurar que las que escribo tienen una calidad muy superior a las de hace cuatro años. Porque antes esa escena tan chula que me curraba en dos horas… necesitaba que alguien la reescribiera varias veces hasta hacerla decente.

Cosa que ahora, después de dos libros publicados y muchas correcciones recibidas (tanto externas como internas), no me pasa.

2. Reuniones creativas

Hace poco te contaba mi problema con el punto medio de una novela. El resumen rápido es que la planificación inicial se diluye con cada palabra que escribes y al llegar a la mitad de una novela necesitas recapitular y replanificar.

Más aún si escribes ciencia ficción, porque ahí entran en juego un montón de elementos que vas creando sobre la marcha y que no está muy claro cómo encajan en el conjunto. Eso que yo llamo worldbuilding on the go. Porque, si eres un veterano del blog, ya sabrás que no me gusta perder el tiempo con la construcción de mundos . O al menos no más del necesario.

Así que, me apunto el término que leí por primera vez en el blog de Miguel Ángel Alonso (que a su vez sacó del libro Fiction Unboxed) de reuniones creativas.

Porque para escribir ciencia ficción necesitas sentarte a contemplar tu mundo desde lejos para ver que todo sea coherente.

3. Planificación inicial

Eso me lleva a hablar de la primera de todas las planificaciones. Esos días, semanas o incluso meses que puedes dedicar a plantear estrategias para abordar tu historia.

Crear el mundo, diseñar la trama, pensar en los personajes, dar vueltas y más vueltas a la idea… un montón de tareas que llevan otro buen montón de tiempo asociado que no es escribir ciencia ficción, pero sin las cuáles no podrías escribir ciencia ficción.

4. Decisiones y nudos argumentales

Otro de los puntos complicados que tiene escribir ciencia ficción (y supongo que también el resto de géneros), es que en ocasiones lo que escribes te lleva por caminos muy distintos a los que tenías previstos.

Un personaje tiene un potencial desmedido, un diálogo te lleva a explorar otras partes de tu mundo, un giro argumental se estrella contra la lógica que has desarrollado…

Ese tipo de bloqueos son muy habituales para los que no hacemos una planificación rígida o absoluta. Bloqueos fruto de una libertad creativa que nos concedemos al principio, sabiendo que luego perjudicará el ritmo de escritura.

Deshacer esos nudos es casi más importante que escribir ciencia ficción. Porque esos nudos hacen que tu mundo pase de absurdo a coherente.

5. Visualización de escenarios

Cuando trabajas con mundos inventados, mundos complejos, a veces llegas a situaciones inverosímiles que requieren de ti un extra de imaginación. Ese extra suele necesitar que compongas una imagen de lo que está sucediendo para poder darle toda la coherencia posible.

Porque ese plan de construcción de mundos iniciales se puede venir abajo cuando tu personaje se enfrenta a esa edificación tan increíble y absurda que habías diseñado. Cuando él mira desde abajo, la contempla, y tú notas que algo no encaja.

Parar de escribir, construir el mundo entero en tu cabeza y mirar a través de los ojos de tu personaje pueden llevarte a dedicar un tiempo precioso que hará que escribir ciencia ficción después sea pan comido, coherente y realista.

6. Documentación

Al hilo del punto anterior, cuando diseñas mundos a veces tienes el problema de ir creando cosas nuevas que necesitan nombres, características y demás. En esos casos, la sesión que te has reservado ese día para escribir ciencia ficción se convierte en una mini sesión de documentación.

Y de eso estoy aprendiendo mucho últimamente.

¿Quién me mandó ambientar un libro en Oriente? Buscar nombres en chino, lógica en los patrones de colores de vestimenta o en los números con los que denominas las cosas… en fin, cuando salga Mariposas de Acero ya verás a qué me refiero. O eso espero, porque lo que hay detrás de cada objeto, cada nombre y cada situación ha tenido mucho trabajo detrás.

7. Lectura de diálogos

Si algo hace que escribir ciencia ficción pase de simple a magnífico, es conseguir que los diálogos tengan ese sabor realista. Ese aroma que hace que te imagines a esas personas hablando, que sientas que están a tu alrededor y que no tengas que releer una frase porque te parece absurda, inconexa o carente de coherencia para ese personaje.

Para dar con esa voz propia de tus personajes no hay nada mejor que leer en alto tus propios diálogos y declamar la escena como si tú fueras cada uno de ellos. Es ahí donde ves tus errores, cuando terminas de definir al personaje y cuando te das cuenta de qué caracteriza a cada uno de ellos.

8. Corrección

Si antes he hablado de la coherencia al escribir ciencia ficción, ahora tengo que hablar de la calidad del texto que escribes.

Y no solo por tu propia experiencia, por medir tus palabras, controlar tus repeticiones y vigilar tus propios fallos recurrentes. Sino con una lectura diagonal periódica de lo que escribes.

Hay quien deja esto para el final, pero a mí la experiencia me ha enseñado que en las semanas y meses que tardas en escribir una novela, tu manera de escribir evoluciona. Revisar los capítulos cada cierto tiempo te asegura que la coherencia final y la calidad del texto sea mucho mejor.

Yo, por ahora, tengo dos tipos de corrección mientras escribo:

  1. Releer lo escrito el día anterior y subrayar o corregir lo más llamativo.
  2. Corregir la coherencia interna de la historia cada cambio de sección (cada 15 ó 20 mil palabras).

¿Voy más lento? Sí, pero cuando termino de escribir no me encuentro con 140.000 palabras hechas un desastre.

En definitiva

Escribir ciencia ficción no es solo juntar letras en palabras y palabras en frases. Escribir ciencia ficción es mucho más que eso, y tienes que tenerlo en cuenta para poder conseguir historias sobresalientes.

En los detalles está la calidad, y la coherencia que necesitas para escribir ciencia ficción de calidad es muy elevada. Necesitas revisar, planificar y controlar lo que haces antes de empezar, mientras escribes y cuando terminas.

Por eso, creo que medir las palabras solo está bien para saber cuál es tu ritmo de escritura y poder planificarte, pero no representa para nada lo que de verdad te va a costar escribir ciencia ficción.


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