Revista Talentos

Estoy como el tiempo

Publicado el 22 mayo 2014 por Dolega @blogdedolega

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Estoy como el tiempo. Hace apenas unos días hacía calorcito, sol y mi corazón empezaba a esponjarse de gusto.

La foto que ilustra estas palabras la he tomado hace media hora. Estoy con la calefacción puesta y metida en casa pensando en hacer un caldo para reconfortar el ánimo.

El Niño se examina el lunes. Ya tengo ganas de que ocurra, bueno en realidad tengo muchas ganas…más bien no veo la hora en que haga el examen de una puta vez y terminen los ataques de nervios. El suyo, porque siempre se pone que parece que se va a tirar del transbordador espacial en marcha y el mío por tener que soportarlo con sus comeduras de coco por no poder controlar la circunstancia en su totalidad.

Sé que lo va a hacer genial y que sacará rozando el 100% de nota porque lo hace siempre, pero se pone realmente pesado con lo de

“¿Y si la pregunta es para pillar y dice…?” y “¿Y si a la práctica le cambian el escenario por…?” Tengo que mirar eso porque me puede caer y joderme vivo. Luego el tema Champions. “A ver si los indios no van a dar un disgusto…” “Tengo que dejar todo terminado el viernes que luego no voy a poder hacer nada. Si ganamos voy a estar borracho, si perdemos borracho y de mala hostia…”

Así todo el día…

Luego está la Niña que se marcha de vacaciones a finales de julio una semana a Tenerife y parece que se va a trasladar a su casa de campo en la toscana para pasar el verano a juzgar por el ajuar que se tiene que comprar.

Ropa de mañana, de tarde, de noche, de paseo, de fiesta, de sport, de baño… ocho clases de zapatos, sombreros, chales, seis bañadores ¡seis! Por si no se secan

Y yo con la niebla metida en las retinas y diciendo que todavía queda muchísimo tiempo, que mejor con solecito lo de ir a escoger pareos de playa ¡que ahora no pega nada!

El Consorte ha puesto pies en polvorosa y se ha marchado de viaje “ineludible” a Cádiz, que como todo el mundo sabe es una ciudad espantosamente fea, hace un frío de mierda y se está fatal de la muerte. ¡Y parecía tonto el chaval!

Encima llama todo los días y lo primero que dice es que va caminando mirando al mar y hace un calor del carajo y que qué bonito es Cádiz y que, y que… ¿Y para eso llamas, para dar envidia, para dejarlo a uno hecho polvo? ¿Te has medido el azúcar, cuánto tienes de azúcar?

Ya no sonríes tanto ehhhh jodío. Y es que la niebla me despierta mi lado oscuro.

Hasta los gatos andan enroscados por las esquinas haciéndose los invisibles para que no los eche fuera con el consabido “Venga fuera que hace muy buen día”


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