Evitando la toxicidad de Internet

Muy probablemente esta sea una entrada de viejo cascarrabias, avisada queda la cosa.

Internet es un medio fascinante.

Un medio en el que, ya sea debido al trabajo o en busca de información u ocio me sumerjo cada día. Y debo decir que cada vez me gusta menos.
Si bien es cierto que Internet en sí es como un espejo. La mayoría de las veces sólo te devuelve aquello que vayas buscando.

Sin embargo cada vez resulta más difícil separar el grano de la paja.

Tecnología y modelos de negocio de aplicaciones y websites a parte, contenidos a los que antes era relativamente simple acceder, ahora aparecen mezclados con enlaces relacionados que interrumpen la lectura, imágenes junto a “titulares cebo” que apelan a nuestra curiosidad (en el mejor de los casos, o simplemente morbo en el peor) en busca de un click que servirá en muchas ocasiones para mostrarnos más contenidos relacionados, llenos de información pre-seleccionada, regurgitada y a fin de cuentas vana.

Cada click en el Internet de hoy cuenta, se mide, se registra, se condensa y se analiza, todo para tratar de sacar un perfil del usuario tras ese click. Dicho perfil puede usarse para muchas cosas, pero habitualmente se convierte en un cauce para mostrarte publicidad con el fin de atraerte a todo tipo de artículos que terminarán engrosando una montaña de basura en tu casa.

Honestamente detesto el(la?) Internet contemporáneo.

Detesto los tags patrocinados, las selfies innecesarias, los te-followeo-si-tu-me-followeas. “comment like and suscribe” suele ser el desencadenante de que cierre un video.

Mola, estás viajando con Turkish, ah, sigues viajando con Turkish, si si, ya se que … aún Turkish? Minube? No me entero, ya me da igual.

Primero la foto y el post antes de comer. Que los campesinos conozcan que como fino y en lugares fetén.

En fin… podría seguir pero para qué.
Quejarse soluciona poco, mas bien al contrario, no hace sino aumentar la porquería que pulula por Internet.

Sorteando este tipo de contenidos me he dado cuenta de que Internet sigue siendo una vital fuente de información y recursos que merece la pena proteger.
Así pues me he asignado una serie de reglas para intentar reducir mi exposición a la toxicidad de Internet.

Reducir mi propia basura.

• Simplificando, no subir mierda.
• Generar contenido positivo.
• Pensar antes de compartir.
• Declarar la guerra al postureo innecesario.
• Nadie necesita ver mi careto en cada una de mis fotos.

Huir de la toxicidad.

• Unfollow, mute, etc…
• Adblock.
• Cerrar automáticamente cualquier página con contenido click-bait.

Nunca, nunca, nunca debatir en Internet.

• Siempre en persona y con amigos/gente que te importe.
• No hacer caso a nadie. Buscar información, y sacar mis propias conclusiones.
• Salvo raras excepciones, no compartir esas conclusiones

Entender que cada quien usa Internet a su manera.

Ya sea por trabajo, conveniencia o alguna tara mental, cada cual usa Internet a su manera.
Y eso también está bien.

Vivir y dejar vivir, y sobre todo ser feliz