Revista Talentos

Feliz en Carcelona

Publicado el 25 noviembre 2011 por Mcaellas
Feliz en Carcelona
Muy atinado este texto de Mac Inculking sobre Carcelona. Tomo nota de sus consejos y me quedo con su cara. Todos los periódicos deberían ser bastante irreverentes...
Copio el texto a continuación aunque recomiendo leerlo en su fuente original, periódico irreverentes.
CONTINUUM CARNAVAL: Feliz en Carcelona
Yo, sépanlo todos, lo que buscaba era una guía de viajes barata, y le eché la zarpa a Carcelona.
Lo primero, indudablemente, porque era el tamaño exacto para llevarlo en la riñonera, cabía perfectamente sin entrar en conflicto con el móvil y las gafas de sol, que son los miembros originarios de esa patria. Lo segundo, porque indudablemente me lo venderían barato, dada la errata de la portada: CARCELONA.
Vale, me equivoqué en todo, pero acerté en la foto de portada: Copito de Nieve está bellísimo, dignísimo, moderno y político, todo un barcelonés. No perdería el aura ni aunque nos revelara que cobra ese famoso tres por ciento.
Últimamente leo mucho sobre Barcelona. Carlos Zanón, por ejemplo, ambienta allí Tarde, mal y nunca. Qué sangrienta es Barcelona. La Fallarás extiende la trama de Mis niñas perdidas por sus calles cutres, atravesadas de vicio y corrupción. Cuántos pederastas en Barcelona. La Corona de Flores de Javier Calvo es otro relato de mi interés sobre el trending topic #Barcelona. Qué siglodiecinueve está Barcelona. Ahora he leído este de Marc Caellas, y ya no he podido menos que pensar que en algún lado me escamotean la verdad. ¿Dónde se oculta toda esa gente maravillosa que da gloria verla, de lo barcelonesa que está? ¿Qué fue del deconstructivismo del huevo frito, del orden eixamplar? ¿De las óperas del Liceu, y las bodas en el Palau? ¿Fue Cruyff, o fue Guardiola?¿Por qué en ninguno de esos libros nadie vota al PSC? ¿Puede ser rupturista un caganer?
Carcelona entra en temas de enjundia. Van a verlo.
Marc Caellas es un tipo inquietante. Listo. Escribe muy bien. Escribe rematadamente bien, como listo que es. Y es de Barcelona. Pero no es barcelonés. Bueno, es barcelonés a ratos. En las vacaciones. Se fue del orden impoluto y con aroma a desinfectante de la ciudad condal buscando las ciudades desaforadas y con tufo a sancocho abigarrado del cono Sur. De hecho esta vez (él mismo nos cuenta) ha vuelto, ha escrito este alegato como una bofetada y se ha largado antes de que lo retiren del padrón, como si fuera una de esas chapas tocapelotas que vendieron (durante unas horas) en el MACBA. Como queda demostrado en esta argumentación, Marc Caellas es un tipo muy listo. Pero se fue.
El punto de partida de la obra es también su tesis. Una tesis por la que no podrá nunca más acceder al doctorado en Barcelonidad. Una tesis-escupitajo, respondona, una tesis con tesón, la sexitesi, la tesis redonda de la que uno termina diciendo “¿por qué no se me ocurrió antes a mí?”. La Tesis iluminada, o sea. Se formula así:
La Virgen de la Merced es la patrona de Carcelona. Por aquellas afinidades electivas de la vida moderna, coincide que la Merced es también la patrona de las instituciones penitenciarias. (…) No sorprende entonces que esta cárcel de la impotencia y el conformismo que es Carcelona también celebre su fiesta el mismo día.
Luego de soltar esta, y sin concurso de cavas ni otros contaminantes patrióticos (léase afición al Barça, fervor por la Sagrada Familia, etc.), Marc Caellas se lanza a diseccionar las diferentes y apasionantes facetas que ofrece la ciudad, esa cárcel, para expansión de aquellos que llegados de otros lares, o aun de su propio interior, aspiran a conocerla mejor. Es un empezar y no parar. Son 140 páginas lanzadas a velocidad de vértigo en las que el autor analiza su flora y fauna, con los ecosistemas correspondientes. Sus vicios. Sus poses (porque ¡qué bien posa!). Y una vez que se lanza a desmontar, Marc Caellas se revela como el desmontador absoluto. Habla de la Barcelona cool, y desmonta ese mito pieza a pieza, página a página. Habla de la noche barcelonesa, y la desactiva sin algodones, atiborrándonos de experiencia propia. Si habla del cine de Barcelona, no tiene más que dejar que se desmonte solo. Si del teatro de Vanguardia, nos dirá ¡qué bien se lo montan sin aportar al teatro nada! Si investiga en la constante conspiración político-social, verán que el montaje es impepinable (y lo sirve en forma de teleserie, para emprendedores televisivos). Y si por último hurga en la prensa barcelonesa, ese poder sin sentido crítico, pondrá al descubierto la de fotomontajes que endilgan con el objetivo de que siempre reluzca la Carcelona magnífica (y que por supuesto alguien paga).
Fino este Marc Caellas. Con razón se fue nada más escribir el libro.
Pues esto, y mucho más es Carcelona. La apuesta de la editorial Melusina para no ganar nunca el Nacional de Ensayo. Si desean comprarla, háganlo pronto. El espíritu de Copito de Nieve estará siempre al acecho, dispuesto a abortar cualquier otro intento de lanzar el baldón sobre la Ciudad-Montaje.
Toma nota, Marc Caellas.
Y ustedes, Irreverentes, disfrútenlo.

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