En vísperas de la Nochebuena, el regalo de quien os escribe se adelantó… y llegó en forma de contrato editorial. En esta ocasión parece que la Suerte se sentó a mi lado, me guiñó un ojo y me sonrió, coqueta. Resoplaba la sinvergonzona, cansada de mis múltiples llamadas…
Siento sus cosquillas en el estómago al ensobrar los documentos, al recopilar los archivos solicitados, al actualizar mi biografía y al darme cuenta de que necesito… ¡otra sesión fotográfica! ¡Agh! ¡Con lo poco que me gusta a mí posar! Quien me conoce lo sabe…
También he sido consciente de que debo ir pensando en un tercer libro, y eso me da todo el vértigo del mundo. Y también me da toda la vida.
Mientras se concretan los detalles y me calmo un poco dejando de pensar en presentaciones oficiales… os dejo mi felicitación navideña de este año: una sonrisa. Porque quizás, sólo quizás, ya vaya siendo hora de sonreír más de continuo.
Que a vosotros no os falte la alegría, ni en estas fechas, ni nunca. Un beso fuerte.