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Cuando uno está lejos de casa muchas veces siente la necesidad de sentir olores familiares. Muchas veces no nos damos cuenta, ya que el sentido del olfato es algo involuntario; hueles sin más (a no ser que seas alérgico como yo y lo tengas limitado), pero esos olores están ahí, a cada sitio que vas, a cada persona conocida que tienes cerca.

El perfume de papá, la comida de mamá, el champú de la abuela...todos son olores que solemos reconocer al instante, aún sin darnos cuenta.

Yo el otro día tenía mono de olor de mar. Más concretamente de Mediterráneo. Fué decirme mi madre irlandesa que nos íbamos a pasar el día a la playa y como un rayo fugaz el olor a mar vino a mi mente.

Evidentemente, cada mar u océano es de una manera particular; cada uno tiene su arena, su color, su olor...pero bueno, dado que por ahora es lo más parecido que voy a tener, tendré que conformarme.

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