Gélido despertar

Con tus largas ramas podrías acariciar mi ventana
Más en triste procesión miran tus hojas al suelo.Cuentan los pasos, los tuyos y los míos,marcha atrás, despacito,huyendo de nuestro mundo,reptando por los silenciosinframundo  real. Nuestra, tu-mi vida.
Hoy conté los pasos en la mañana temprano, aún de noche. El silencio me arropaba, ni tan siquiera los coches, en mi camino cruzaban. Las nubes cubrían el cielo mientras la luz tenue de las farolas dibujaba sombras en las aceras.
Apenas tres personas encontré, la ciudad dormía.Me recree en las baldosas mientras caminaba con mi abrigo cerrado hasta las pestañas, las manos en los bolsillos haciendo bolillos con mis historias, como cada cual, sus problemas al cestillo.
El domingo en la iglesia, primero tendré que encontrar la puerta de entrada, intentaré dejarlos en los banquillos.
Cuando uno no creé, a quien le pide una ayudita, a  si mismo, ¿verdad? Es la rutina. Un día si otro también.
Sonríe, llega el momento. Se abre la puerta, dos vigilantes franquean el paso, una sonrisa, un  “buenos días” ¿Hace un café, Marijose?Si gracias. Café y charla, por favor, hoy invitas tú ¿verdad?Letras y fotografía Marijose.- Y una mañana en que el despertar a la realidad es gélido sentir que no encuentra el sosiego ni el calor.....