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GLORIA Para Los MALVADOS

Publicado el 10 abril 2012 por Alma De Frontera @almadefrontera
GLORIA Para Los MALVADOS
Los villanos son parte esencial de cualquier buena historia que se precie. El 'western' ha contribuído destacadamente a destilar su icono, por su condición argumental y la violencia implícita del género, deleitándose en retratar su figura naturalmente en contraposición al héroe, particularmente solitario y justiciero para mayor gloria.
Aunque multitud de malvados han poblado las pantallas, solo unos pocos han sido llamados a ocupar para siempre un lugar destacado en nuestras retinas e imaginación, al hilo de las interpretaciones que de ellos hicieron excelentes actores, distinguiéndoles con sus rasgos más pronunciados o los excesos con los que fueron caracterizados.
Esta es mi selección, orientada a señalar exclusivamente papeles protagonistas que los más acertados creadores (guionistas, directores, actores...) inmortalizaron como personalidades del Mal en los imaginarios confines del 'Oeste'.
Little Bill, Alma de CriminalGene Hackman da vida a 'Little Bill' Daggett en la reconocida "Sin Perdón" que dirigiera Clint Eastwood por 1992. Little Bill lleva una apacible vida cobijado tras una estrella de cinco puntas que cuelga al pecho. Es un tipo rudo y fornido, empeñado en construirse una linda casita de madera y que nadie enturbie la paz de su reino, Big Whiskey.
GLORIA Para Los MALVADOSAunque ya conocen como se las gasta por allí, sabemos que no es trigo limpio cuando recibe la visita inesperada de Bob 'el inglés', un asesino a sueldo al que reconoce como compadre de fechorías y tiempos salvajes. Éste recala en el poblacho de Bill atraído por la recompensa que ofrecen unas prostitutas para dar castigo al autor del ultraje a una de ellas, con el que el sheriff fue benevolente. Pero a Little Bill no le gustan los asesinos, quizá porque le recuerdan demasiado a sí mismo, y no lo será con 'el inglés', decidido a escarmentar a cuantos rufianes aparezcan a sacar tajada del luctuoso asunto. Y es en la tremenda paliza que Bob recibe donde reconocemos el alma sádica de Little Bill, aunque no será más que un aperitivo para mostrarnos sus métodos, como luego comprobará el bueno de Morgan Freeman.
La película es oscura, descriptiva, casi didáctica, desmitificadora y sin concesiones a la espectacularidad. El personaje de Hackman es el contrapunto brillante para el pistolero William Munny pero ambos representan caras del mismo universo de violencia, uno como pistolero a sueldo (esta vez en busca de redención) y otro desde el lado de la Ley, empleando métodos tan brutales como los propios criminales "por el bien de la comunidad". Little Bill es el malo que forma parte del 'sistema', la autoridad, el sucio encargado de romper los huevos para hacer la tortilla o poner el cascabel al gato. Pero en su despiadada ejecución pierde toda legitimidad al dar rienda suelta a sus más bajos instintos. 
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Sí amigos, Little Bill es un verdadero hijo de puta, un malnacido cobijado bajo el manto de una ley que utiliza a su antojo, un personaje por otra parte tan real que no hay que rodar mucho para tropezársele detrás de cualquier chapa. Por esto mismo no resulta tan encantador o fabuloso como otros, pero su descarnada humanidad le convierte quizás en el más malo de los tres, un villano muy peligroso a tener en cuenta, un malvado con la suficiente mala uvapara merecer el tercer puesto de nuestro ránking de indeseables.
Frank, La Mirada del TerrorEn 1968 Sergio Leone dirigió "Hasta que llegó su hora", quizás uno de los tres mejores representantes del denominado "spaghetti western", y sin duda una de las diez mejores películas del Oeste de todos los tiempos. La impecable dirección de Leone y la soberbia partitura de Ennio Morricone redondeaban esta obra maestra del cine que gustosamente destriparemos en otra ocasión. Por hoy nos ocuparemos de uno de los cuatro personajes del filme, el malvado Frank, 'el amigo de los niños', cuya magnética mirada le destaca en nuestro escalafón de 'malos malísimos' del western. 
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Sergio Leone se había empeñado en que Henry Fonda interpretase al villano de la historia, algo que el actor reconoció no entender hasta que vio la película terminada. Por eso,  se presentó ante Leone con la imagen que consideraba ideal para interpretar a un malvado prototípico: patillas, perilla que modificase su cara y lentillas oscuras para ocultar el azul celeste de sus ojos; azul que el público asociaba instantáneamente con la bondad y candidez de espíritu que eran propias de sus papeles habituales. Al ver aparecer a Henry Fonda de esa guisa, Leone se puso frenético: "¿Qué es todo eso? ¡Quítese las lentillas! ¡Son sus ojos azules por lo que estoy pagando!".
El pistolero Frank hace su aparición en la segunda secuencia de la película. La familia McBain se dispone a partir desde su rancho de Sweetwater hacia la estación de Flagstone para ir a recoger a la nueva prometida del viudo McBain. La entrada en escena del pistolero y sus secuaces es antológica, enfundados en largos guardapolvos, envueltos entre la calima y la polvareda del desierto, y encumbrados con grandilocuencia por una banda sonora que fluye airosa desde el hardcore épico hasta la melodía nostálgica. El clímax llega cuando aparece por la puerta el pequeño Timmy, tierno, frágil e inocente ante el desolador panorama servido por los canallas...

“¡Jesucristo, es Henry Fonda!”. Así resumía el propio actor, sobrecogido al asistir a la proyección del film, la honda impresión que los espectadores sufrían cuando la cámara giraba en torno al líder de los asesinos y se topaban con el rostro del actor que desde siempre había simbolizado la honradez, la rectitud y las admirables virtudes propias del Buen Hombre Americano.
Cómo quedó demostrado, Leone tenía razón. Ofreciendo el contraste que causaban en la escena el angelical aspecto y trayectorias de Fonda (entonces con 63 años), conseguía impregnar de maldad al personaje por el resto de la película. Sus ojos azules ya no eran azul celeste, sino azul acero. Su rostro ya no era la representación de la virtud, sino la mismísima faz del Mal. Su suave voz ya no era la voz de la justicia, sino el apagado tono de un asesino despiadado. Incluso su sonrisa había dejado de resultar ingenua, confiable y cercana, para tornarse cínica y monstruosa. En un terrorífico intercambio de primeros planos, en los primeros minutos de la cinta y como presentación de su personaje, Henry Fonda sonreía de medio lado a un tierno niño, un niño a quien el más noble de entre los nobles héroes de la pantalla contemplaba con tétrica candidez...
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Si en esta secuencia se nos retrata a Frank para dar inicio al argumento de la película, al final de la cinta Leone nos obsequiará con su equivalente en otro derroche de barroquismo y exceso dramático, para cerrar la historia de nuevo poniendo el acento en la gélida mirada de Frank.El acierto del director y las tablas de Fonda, sitúan a este pistolero en el segundo puesto de nuestra lista.
Sentencia, El Rostro del Mal El primer puesto tiene un dueño universalmente reconocido: Lee Van Cleef, el arquetipo esencial del villano, un tipo duro y despiadado, de acerada mirada y agudas facciones, rey absoluto de un papel que explotaría a fondo en su carrera y le reportaría el reconocimiento general como el mejor malvado del western, si acaso no de toda la historia del cine. 
GLORIA Para Los MALVADOSEl salto a la fama lo consiguió gracias a su personaje de Jack Colby, miembro de la banda de Frank Miller, el criminal que deseaba asesinar al sheriff Will Kane interpretado por Gary Cooper en "Solo ante el peligro", que comentamos aquí: http://almadefrontera.blogspot.com.es/2011/11/gary-cooper-en-solo-ante-el-peligro.html.Durante los años 60 y después de aparecer en la obra maestra de John Ford "El Hombre Que Mató a Liberty Valance" (1962), el intérprete de New Jersey consiguió elevar su estatus al intervenir en varios spaghetti westerns dirigidos por Sergio Leone que le concedieron fama internacional. El primero fue "La Muerte Tenía Un Precio" (1965), film en el que compartía cartel con Clint Eastwood y Gian María Volonté.Posteriormente co-protagoniza "El Bueno, El Feo y El Malo" (1966), sensacional western de Leone junto a Eastwood y Eli Wallach, donde interpreta a Sentencia (llamado "Angel Eyes" en la versión inglesa),  Su encarnación del coronel Mortimer en "La muerte tenía un precio" y de Sentencia en "El bueno, el feo y el malo", consagraron a Lee Van Cleef como uno de los rostros icónicos del western. 
GLORIA Para Los MALVADOS
Este último en particular, Sentencia, es un frío y astuto asesino, irónico, encantador, maquiavélico y oportunista. Tanto como cumplidor y profesional. Así se le muestra en los primeros compases del metraje:
Por quinientos dólares es contratado por Mr. Baker para obtener información de un granjero y después matarlo. Cuando llega a la casa de éste, Sentencia le comenta el asunto. El granjero, asustado dobla la cantidad y ofrece mil para que no lo mate. Sin embargo, Sentencia le informa de que una vez que recibe un encargo siempre lo cumple, por lo que lo asesina. Posteriormente, informa a Baker de la muerte del granjero y del asunto que tenía encomendado. "¿Sabes qué? Me ha ofrecido mil por matarte a tí". Ambos hombres sonríen y Sentencia lo mata. La imagen se congela y aparece el rótulo "El Malo".   GLORIA Para Los MALVADOS
Y fueron ese título y su rostro alevoso y agudo los que condicionaron casi toda su carrera como actor, configurando una estampa física proclive al villano o al antihéroe, aunque también asumiría con el tiempo y la madurez otros papeles de cierto renombre (los spaguettis de Sabata, esta vez del lado del Bien y la Ley).
Cuando una vez se le preguntó si le gustaba interpretar al malo de la película, Lee respondió: "Claro, los personajes malvados tienen mucha profundidad". Bueno, tal vez no estuviese muy acertado a ese respecto, pero no hay duda del encanto y magnetismo que otorgó a sus personajes, hasta hacerles intemporales. Su presencia tranquila y fría emanaba confianza y fuerza en la pantalla, hipnotizándonos, haciéndonos disfrutar y sacando en nosotros el villano que todos llevamos dentro.
Lee Van Cleef fue arrastrado casualmente a encarnarles por su intensa mirada y marcados rasgos, pero su talento y profesionalidad le valieron el reconocimiento general hacia su arte.
En una trayectoria artística que abarcó cuatro décadas, nos legó una gran cantidad de grandes trabajos donde recordarle.
Pueden consultarla aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Lee_Van_Cleef   En colaboración con:http://videodrome.wordpress.com/http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article208.html

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