Gran hermano de políticos

Es sabido por todos que la política está llena de medias verdades, mentiras enteras, de poses y maquillajes diversos. Todo con la finalidad de convencer al futuro votante de que entregue su voto con falsas promesas y ataques falaces al adversario.
Hasta tal punto llega el marketing en las campañas electorales que los gabinetes de los candidatos más potentes contratan a personas especializadas en promocionar productos, ya que al fin y al cabo son meros productos de consumo socio-político.
De esta forma te envuelven el candidato en bonitos papeles que pretenden llamar la atención, caerte bien, al tiempo que permiten esconder las carencias del producto. Por si eso fuera poco le atiborran de etiquetas rimbombantes al estilo del teletienda "New President with ZincPirithione". Eslóganes pegadizos con los que convencerte que votar es mejor que el sexo.
Hasta tal punto llega que no sabes muy bien si en una campaña electoral te están vendiendo el 3x2 del Carrefour o el partido del siglo de todos los años de Canal+.
Con este panorama y teniendo en cuenta que la televisión está llena de contenidos basura, podrían aprovechar a juntar todos estos sinsentidos y hacer un Gran Hermano de Políticos. Seguro que Mercedes Milá entra en éxtasis con la idea de entrevistar a Rajoy, a Artur Más o a Pepín Blanco cuando sean expulsados de la casa.
De paso podríamos comprobar si es verdad que dentro de un programa como Gran Hermano la gente no puede actuar. Que pasado el primer momento en el que te sientes coaccionado por docenas de cámaras espía llega el olvido y  comienzas a actuar como si de verdad estuvieras compartiendo pocilga con tus colegas, revelando de esta forma su verdadera personalidad, las debilidades de cada uno, filias, fobias y alguna virtud.
Más de uno se imaginará a Rajoy acurrucado en el baño llorando porque se le ha acabado el tinte del pelo, o a ZP enfurecido como un basilisco porque ha perdido la pinza de depilar cejas. Seguramente alguno de los que menos cambien en un "sarao" de este tipo sea Llamazares que probablemente ni salga en las pantallas de televisión porque dejó de mediar en las broncas en cuanto se dio cuenta de que nadie le escuchaba. O ver a Fraga durmiendo todo el día (bueno ese no cuenta que ya lo hace en el Senado, cuando va). Ver a la vicepresidenta en chándal suplicando un café por la mañana. Y multitud de otras escenas que harían a cada candidato tan humano como cualquiera de nosotros antes de pasar por chapa y pintura.
Y no sólo eso. Veremos estrategia de verdad por prevalecer sobre el resto de habitantes, y que al mismo tiempo parezcan víctimas del rival. Ver a Esperanza Aguirre y Gallardón aunar votos para nominar a la limón a Rajoy, comprobar como los nacionalistas nominan a todos. Alianzas todavía más extrañas de las que se producen en la vida real.
Sería una idea rotunda, pero que no aceptaría ningún político. La duda que me asalta es si sería mejor tener en el papel del "súper" (el director que todo lo ve y que decide) tener a jefe del estado, para que curre un poco y nos deleite con su tono campechano diciendo a los habitantes de la casa "DSois unos inútiles, pero me he deído un montón. No ods hadbéis hedcho ni el güevo, esta semana, así que dice DSofía que pdueba no supedada". O en su lugar dejar a Belén Esteban martirizándoles con aclaraciones absurdas "YooOoo m'he pasao to' la semana bailando, y sé que las leyes orgánicas, esas, no se tiran al contenedor amarillo ¿m'entiendes?"
Esa sería la parte divertida, pero la realmente importante sería la de ver cómo se desenvuelven sin asesores de imagen, sin gabinetes que les escriban los discursos, ver la capacidad con la que pueden reaccionar ante un argumento incómodo (porque brillante puede que no los haya) o las verdaderas ideas que se les pueden ocurrir. Después de dos meses de convivencia verles hacerse confidencias mientras pasean abrazados por el jardín, no se puede comparar con el debate de última hora mejor orquestado.
Además todo esto sólo lo tendríamos que aguantar en una cadena de televisión y nos saldría mucho más barato que pagarles la campaña electoral. keagustitomekedao