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Hay que cambiar las fechas de la semana santa

Publicado el 06 abril 2012 por Bloggermam

Hay que cambiar las fechas de la semana santa
Semana Santa: Renovarse o morir. Y mira que eso lo dice un ateo al que le repatea tanto desfile de figuritas policromadas.
Antes de entrar en materia no quiero evitar el hacer la broma fácil de que al dios católico no le hace mucha gracia estas fiestas y que por ello envía lluvia para fastidiarlas. Porque siendo dios parece que tenía facilidad parar resucitar, para sanar, para convertir el agua en alcohol (como en las discotecas todos los fines de semana) o para multiplicar los panes y los peces (como en los caterings de bajo nivel), pero lo que nunca consiguió hacer es el milagro de que lloviera…así que no debe de tener mucho control sobre la lluvia, por ello me extraña sobre manera que saquen a santos para que llueva cuando hay sequía y que pretendan que consigan algo que ni su jefe fue capaz de lograr.
No obstante me produce un gran aburrimiento que año tras años la mitad de las informativos rellenen ese espacio muerto de televisión con imágenes de la lluvia sobre Sevilla, Valladolid o Zamora y el resto del espacio lo malgasten con la previsible letanía de obviedades y lamentos de cofrades, turistas y hosteleros; cuyos sueños (más o menos mundanos e interesados) quedan en papel mojado ante una nueva y lluviosa semana primaveral.
Además, también pienso en la pérdida económica que supone que se anule una fiesta al aire libre en un país que sólo consigue ganar un euro cuando se trata de fiesta fácil y rancio folclore.
Por ello, reclamo desde este rincón de la locura que se cambien las fechas de la semana santa. Aunque a mi juicio la locura reside en hacer caso para la celebración de esta fiesta (la pascua judía) de lo que estipularon hace cuatro mil años unos pastores de un desértico paraje de Asia en el que casi no llueve nunca. Por eso empeñarse en aplicar aquellos usos hoy en día en lugares bastante remotos en tiempo, cultura y tecnología, oscila entre la contumaz irracionalidad y la heroica bisoñez.
Y tampoco me vale con que no vale celebrar las cosas religiosas fuera de época, que el nacimiento del nazareno se celebra el 24 de diciembre y sin embargo últimamente parece que la virgen comenzó a dilatar a mediados de octubre atendiendo a la publicidad privada e institucional.
Sí, al hilo con lo que en otras ocasiones he propuesto sobre el tema de irnos todos de fiesta o de vacaciones al mismo tiempo como si de un enorme rebaño se tratara; propongo que la semana santa se celebre cuando haga buen tiempo. Y que no se celebren todas a la vez. Por ejemplo en Valladolid que suele tener inviernos secos y fríos pueden aprovechar enero o febrero para sacar a hombros sus pasos y sudar la camiseta bajo tonelada y pico de madera. Eso sí, si se mezcla con el Carnaval y se oyen timbales y batuka de fondo puede quedar precioso ver las estatuas de Juan de Juni moverse al ritmo de Nossa, nossa, assim vôcé me mata 
En Sevilla podrían celebrar la semana santa en Mayo cuando hace buen tiempo y sin que llegue todavía el abrasador calor veraniego.
Y en Lugo…en Lugo no les va a quedar más remedio que hacerse de otra religión.
En definitiva que cada uno celebre la semana santa cuando tenga más o menos garantías de que el tiempo va a respetar su fiesta. Ya que nos gastamos una pasta en satélites y predicciones meteorológicas que éstas tengan su aplicación directa en la sociedad.
Otra posibilidad que evitaría que la madera de las estatuas se mojaran y se desluciera el espectáculo es aprovechar el metro (en las ciudades que tengan). Por unos días que el metro sea peatonal no pasa nada, del mismo modo que tampoco pasa nada porque se hagan peatonales las principales avenidas de los centros de todas las ciudades ocupadas por las prociones. Procesionando por el metro las penitencias sí que se harían en estaciones de verdad, no habría problema de lluvia y además se evitarían los molestos atascos de semana santa que se producen en la superficie.
Sin darle muchas vueltas me parece que al celebrar la semana santa cada uno cuando mejor le cuadre por climatología, fiestas locales o partidos de Champions League tienen alguna que otra ventaja adicional:
  • Los costaleros se podrían hacer profesionales e ir de ciudad en ciudad sacando a pasear los pasos. Seguro que siendo profesionales el espectáculo mejoraba y se conseguían ver espectaculares cambios de ritmos, levantás dignas de concurso de mates de la NBA o penitencias a la pata coja.
  • Los turistas podrían hacer una tourné por las semanas santas que les apetecieran. Así poder regresar a Tokio o Moscú con una colección de fotografías impresionante y con una visión más amplia del folclore español. Aún a riesgo que pase como en “Misión Imposiible” y nos planten simultáneamente las fallas en Sevilla con un paso de semana santa de sabor mejicano.
  • No haría falta que se sustituyeran las tradicionales saetas por “Cantando bajo la lluvia” como están a punto de hacer en algunos sitios.

Todo sea por evitar que este espectáculo religioso no fenezca ahogado en su propia rigidez.
Y si insisten en su idea de continuar sacando sus ídolos de madera año tras año bajo la pertinaz lluvia primaveral, al menos que den un espacio a la creatividad y funden la Cofradía del Diluvio Universal procesionando con su paso El Jesús del Sagrado Snorkel bajo la atenta mirada del hermano mayor honorífico Jacques Cousteau.
keagusitomekedao

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