Revista Diario

Hoy mismo puedes alcanzar tu meta

Publicado el 21 diciembre 2013 por Alxndro @al_x_ndro

Lo digo en serio, permíteme explicarme

Esa meta que tienes en mente, que deambula tu cabeza a lo largo del día (y las semanas y los meses), con la cual te torturas cuando sientes que no te estás acercando a ella; que algunos días parece más bien una fantasía, y cuyos caminos parecen vedados, inciertos y peligrosos… Esa meta, está a tu alcance hoy.

Pero dirás: “¡Imposible! Si sigo a este paso me tomará X meses alcanzarla. Hoy sólo puedo hacer A.”

Precisamente, pero no me refiero exactamente a eso… Permíteme continuar.

He oído a algunos hombres que dicen que cosas como la disciplina, la motivación y la autoestima no existen (¡qué escándalo!). Y creo que hay dos razones por las que dicen esto:

  1. Esas palabras son, precisamente, palabras, sólo nombres que damos a algo que no podemos ver como tal, a algo que, nuevamente, no existe. Para mayor claridad veamos los siguientes ejemplos didácticos:
    • ¿Qué, no tienes autoestima? ¿Dónde la dejaste? ¿Bajo la cama, en el banco, entre las páginas de un libro, en tu riñón izquierdo?
    • ¿Has visto pasar mi motivación por aquí? La necesito, tengo trabajo por hacer. Es verde con manchas púrpuras. Quizá deba comprar otra…
    • ¿Podrías pasarme un poco de disciplina? Unos doscientos gramos deben ser suficientes para esta semana. Gracias, qué amable.

    Es decir, la autoestima, la motivación y la disciplina son nombres que usamos para ciertos… fenómenos. Y al poder nombrarlos, como nombramos cualquier objeto sólido, es común que nuestra mente comience a buscarlos como un recurso externo: como algo que se puede tener o no tener, que se reduce o aumenta, que se puede perder. Y, probablemente, si estos tres fenómenos existen, existen en nuestro interior, lo que nos lleva al siguiente punto…

  2. Esas palabras se refieren a conductas concretas, a ciertas acciones que determinadas personas toman en el mundo y en su vida. Por tanto, si la motivación, autoestima y disciplina existen, se refieren a un comportamiento de alguien específico. En resumen, no son objetos o cualidades que se tienen; son comportamientos, hábitos.

Listo, después de ese paréntesis, volvamos a lo que originalmente nos concierne: alcanzar hoy nuestras metas…

Vemos, sabemos, y suponemos nuestras metas como enormes, pero sólo podemos alcanzarlas un poco cada día. De hecho, si deshebramos nuestras metas en pedazos digeribles para cada día, descubrimos que cada día sólo podemos hacer una parte, a veces pequeña, a veces algo más grande.

Entonces basta con hacernos cargo de ese pequeño fragmento diario de meta para alcanzarla cada día. Y eventualmente todo se suma. Bueno, sí, de hecho mi punto era bastante simple, pero aún hay algo más que decir…

Si genuinamente hoy lo único que puedo hacer para alcanzar mi meta de crear un negocio basado en internet para poder viajar por el mundo es escribir un artículo relativa y cuestionablemente gracioso e informativo, entonces al hacerlo, he alcanzado mi meta el día de hoy. Porque hoy he tomado acción, he tenido las actitudes y el comportamiento de la persona que vive esa realidad que quiero generar. Porque la meta que estoy persiguiendo es ser de cierta manera, ser la persona a quien mi meta naturalmente le sucedería. Yo soy aquello de lo que detrás voy. Toda meta es autotransformación.

No requiero detenerme a buscar los espectros de la autoestima, la disciplina y la motivación. Sólo debo comportarme como la persona que haría las cosas que esa meta que quiero lograr necesita. Sólo debo acercarme hoy a ser la persona que viviría hoy la vida que quiero vivir. Todo lo demás viene como consecuencia, no tengo que jugar juegos con mi mente, sólo requiero cambiar mi comportamiento un paso a la vez.

Todas las personas sólo tienen veinticuatro horas cada día, y esa persona que quiero ser no es la excepción. La meta que quiero alcanzar tiene una forma particular para el día de hoy, es algo que puedo realizar en este día (aunque pueda no ser sencillo), no necesito pensar y resolver todas las demás acciones y detalles que faltan.

Si hoy me hago cargo de ese fragmento, he alcanzado mi meta hoy. Porque hoy soy la persona que ha tomado acción, que ha enfrentado el miedo, la duda, la incertidumbre. Hoy enfrenté lo que me correspondía, hoy me hice cargo de mí mismo, hoy soy más esa persona cuyo comportamiento corresponde con la meta que deseo alcanzar y con la vida que quiero vivir.

Hoy la alcancé, ahora sólo es cuestión de que el mundo me alcance, porque el mundo se ajustará a la persona en la que he decidido convertirme. Porque hay un rezago que viene de la duda que he generado en él, se pregunta: “¿En verdad quiere esto?”. Y se lo confirmo cuando cumplo con ese pequeño fragmento de meta que me corresponde hoy. Si hoy cumplo con quien quiero ser, el mundo no tiene más opción que eliminar el rezago que hay entre él y yo.

Todo cuenta. Los sueños rotos, las relaciones que no son más y las que no fueron, los proyectos fallidos, la torpeza con que comienzo algo nuevo, los meses de espera, las repeticiones incesantes, la soledad, la ausencia, el deseo. Cuentan el trabajo bien hecho, las pequeñas victorias, las citas conseguidas, las sutiles sonrisas, las habilidades nuevas, los amigos inesperados, un insospechado pensamiento y esperanza, lo que he creado hoy. Todo cuenta. Todo esto es mi devenir.

Si lo único que puedo hacer hoy es reconocer y aceptar mi miedo, debo marinarme en él hasta apropiármelo. Si sólo puedo hacerme consciente de mis faltas y lo que requiero cambiar, entonces eso debo hacer. Si lo que tengo enfrente son varias horas de trabajo que me acercan a mi escape, bien, a planear y ejecutar. Si hoy me toca saltar, dejar, eso haré. Y si lo que corresponde hoy es algo que me fascina, qué mejor.

Todo se suma. Hoy puedo alcanzar mi meta. Y tú también.

Hoy puedes ser quien deseas ser, no tienes que esperar al final.
El mundo te alcanzará.


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