Revista Talentos
Otra noche en vela intentando que el murmullo que me tortura cese y permita reposar mi cerebro unas horas. Ya no recuerdo la última ocasión que el silencio me acompañó. Nunca pensé que la conciencia fuera tan molesta. La próxima vez, sin consciencia y con mucho más egoísmo. Maldita reencarnación.