Revista Literatura

Intimidad, miedo y apertura

Publicado el 09 octubre 2017 por Lachicadelte
Ayer me ocurrió algo que me hizo plantearme ciertas cosas acerca de la intimidad entre dos personas. Siempre he oído que es bueno guardarse algo para sí mismo, un rincón personal en la mente que sea para disfrute propio. El caso es que he estado reflexionando... la intimidad entre dos personas, ¿es buena? ¿es mala? ¿Hay que desnudarse completamente frente al otro o es bueno “guardarse algo”? O bien, ¿hay que encontrar el término medio?

Intimidad, miedo y apertura

Johnny Depp reflexionado sobre la vida...


Como siempre, cuando me entran las dudas sobre temas “filosóficos” hago una búsqueda rápida en Internet, simplemente por encontrar un pequeño rayo de luz en medio del océano oscuro del pensamiento… Leí varias páginas, pero encontré algo que me convenció bastante:
La intimidad compartida es el manantial sanador donde acudir cuando necesitamos un abrazo amigo o comprensión. En las relaciones, la intimidad te permite conocer de verdad a otras personas porque en ella no hay cabida para las dobleces, las máscaras y la superficialidad. (...) Una relación basada en la intimidad se vuelve indestructible porque está por encima de cualquier juicio de valor y conflicto (….).
Estamos de acuerdo en que una relación de pareja sin intimidad no tiene ningún sentido… sería como estar solo estando acompañado. Para mí lo que es más difícil es aventurarse a delimitar dónde está lo que quieres compartir y lo que no, o lo que la otra persona está preparada para conocer sobre ti y lo que no. Por mi forma de ser, mi impulso me lleva a desear que la otra persona prácticamente se meta en mi mente (y puede que yo en la suya…). No se trata tanto de querer invadir al otro, sino de recolectar todos los datos necesarios para estar tener cada vez un mayor grado de sintonía.
En otra página, encontré algo que también me pareció interesante. Desglosaba la intimidad en varios componentes; por una parte la parte receptiva y por otra la parte receptora de esa comunicación:
  1. Apertura: si no te abres con la otra persona, le estás negando el acceso a tu mundo interior. Eso hace imposible que pueda empatizar contigo.
  2. Empatía: sentir un verdadero interés por la otra persona, sus preocupaciones y motivaciones vitales, hacerlas un poco tuyas, manteniendo tu propia personalidad y tus propios objetivos.

La página también apunta a que hay varios tipos de intimidad en una pajera: el sexo, mostrarse vulnerable sin nuestros escudos de la vida diaria, hablar y comunicarse para poder mostrar nuestro mundo interior y tener experiencias comunes o momentos que pertenecen solo a esa pareja. Bueno... pues suena todo muy razonable.
Sin embargo, y pese lo que he dicho anteriormente, me sorprendo conmigo misma; a veces me muestro reticente a dar ciertas informaciones porque creo que la otra persona no va a entender o valorar lo que le expongo, y para eso, prefiero quedármelo para mí misma… y que nadie me haga sentir mal. Puede que sea porque siento que si las personas fueran como deberían ser, es decir, si se valorara realmente el pensamiento sincero y la reflexión personal no se utilizara como arma de doble filo, podríamos sentirnos más libres para compartir cierta información sensible. Quedar demasiado expuesto en este mundo que vivimos realmente da miedo. Por lo tanto, compartir ciertos aspectos de nuestro pensamiento exige un grado muy alto de confianza con la otra persona, estando seguro de que esa información va a ser tratada como merece. En la misma página que comentaba anteriormente también encontré algo respecto a esto:
(...) La intimidad genera muchas emociones contrapuestas: por un lado se desea, se anhela con vehemencia, porque sin intimidad uno se siente frío como el mármol, pero por otro surge el miedo al dolor, al rechazo, a la traición o a sentirse invadido (…). La intimidad genera tanto miedo que a muchas personas les cuesta gestionarla, bien porque se cierran demasiado o porque, por el contrario, están siempre demasiado abiertos y por lo tanto muy expuestos.
Creo que es de lo más enriquecedor que puedas ser 100% tú con la otra persona y que nadie de coarte ni te coaccione. Puede que piense así debido a mi naturaleza reservada, o puede que en realidad esto le pase a muchas más personas, pero para mí genera un conflicto mayor, precisamente por mi deseo de compartir todo y mi miedo igualmente grande a sentirme juzgada… Ahora que lo pienso, este comportamiento de quedarme ciertas cosas para mí es algo que me ha pasado desde niña; quizá no me sintiera aceptada tal como era por los demás, incluso por parte de personas muy cercanas, y eso hizo que fuera guardándome ciertos aspectos de mi forma de pensar. Puede que se trate de ir superando cosas. Supongo que simplemente cuesta abrirse… sin miedo.
¡Nos vemos en el próximo té!
Intimidad, miedo y apertura

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Sobre el autor


Lachicadelte ver su blog

El autor no ha compartido todavía su cuenta El autor no ha compartido todavía su cuenta

Revistas