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Jethro Tull - Parte I

Publicado el 21 febrero 2010 por Bitacorock

Jethro Tull - Parte INo muy lejos del advenimiento de la Revolución Industrial y en épocas en las que los diminutos países del Viejo Mundo aún vivían de las maravillas de la tierra fértil, la historia de la agricultura inglesa se entrelaza confusamente con tres generaciones de Jethro Tull, de los cuales el pionero que nos ocupa parece ser el benjamín de la familia.

Más allá de la discusión de los historiadores que poco viene al caso, en concreto se desprende que fue Jethro Tull III (1674-1741) oriundo del condado de Berkshire, el inventor de una serie de dispositivos y prácticas para la producción agrícola que a la larga serían adoptados y perfeccionados en el resto del mundo.

Jethro Tull - Parte IA Tull se le atribuye precisamente el diseño de una rudimentaria sembradora en 1701 a la que propuso arriar con caballos en lugar de bueyes... trabajo que hoy cumple un tractor con todos los adelantos tecnológicos que uno pueda imaginar.

A más de 200 años de su muerte, fue el nombre de este ilustre personaje del siglo XVIII el que sacó la vara más corta entre un pool de nombres que un grupo de jóvenes rockeros pelilargos barajó sobre una mesa, en trabada competencia con Navy Blue y Bag of Blues.

Y es así como da comienzo, sin más ni más, la historia de uno de los grupos más populares y vendedores del rock progresivo en estos últimos 40 años que increíblemente sigue en pie desde entonces.

LA BANDA DEL AGRICULTOR

Lejos, sin embargo, de guardar relación alguna con los avatares de la vida de campo y la industria agropecuaria, los futuros fundadores de Jethro Tull ni siquiera cultivaron las semillas de la música folk que tanta identidad concedería a la pura esencia tulliana.

Jethro Tull - Parte IPor el contrario, el cantante y guitarrista escocés Ian Scott Anderson emigrado a Blackpool a fines de los ’50 se encontraba a un tris de iniciar sus estudios de arte cuando en 1963 organizó una banda junto a sus compañeros Jeffrey Hammond (bajo), John Evans (teclados), Michael Stephens (guitarra eléctrica) y Barriemore Barlow (batería). Se llamaban The Blades y eran cultores natos de una mezcolanza de blues, jazz y soul.

La receta sonora siguió adelante para Anderson, amén de una recorrida por otras bandas que supieron cobijar al bajista Glenn Cornick, el guitarrista Mick Abrahams y el baterista Clive Bunker. Por un lado, el gustillo de la guitarra acústica convenció a Anderson de que la escuela de arte no era para él, pero por el otro su experiencia en el terreno musical no parecía dar en la tecla: "Estuve en esas bandas que se pasan el día escuchando discos de los grandes y por la noche componen sus temas basados en todo lo que oyeron -decía-. Yo no soportaba ese clima falso, así que iba cambiando a medida que mi cansancio llegaba al colmo. Un día me colmé tanto que decidí formar mi propio grupo".

Era hora pues. Se cuenta que antes de tomar la iniciativa, su viejo compinche John Evans -que ya por ese entonces había decidido por cuenta propia borrar la "s" de su apellido- le ofreció un sano consejo de amigo que habría de cambiar la imagen del escocés de ahí para siempre. No es que Evan haya sugerido que Anderson fuera un guitarrista incompetente, pero la idea de otorgarle preeminencia a la flauta en lugar de la guitarra acústica maduró en la mente de Anderson y terminó pintando a todo un trovador del rock. "La flauta me obligó a investigar otros márgenes para poder introducir mi música dentro del rock y el blues, que era lo que más amaba", reconoció el inquieto Ian.

Un nuevo coloso nacía junto al año 1968 cuando Ian Anderson (voz, flauta y guitarra acústica), Clive Bunker (batería), Glenn Cornick (bajo) y Mike Abrahams (guitarra) se metieron en la piel del Jethro Tull del siglo XX. Un simple editado en febrero del ’68 por MGM Records se quedó en la trastienda -posiblemente por deslizar en su tapa un sutil error de tipeo que se dejaba leer Jethro Toe- pero un contrato de residencia en el Marquee de Londres vino muy bien para afianzar la popularidad del cuarteto de Blackpool.

Grupo raro entre el repertorio rockero por cierto Jethro Tull lo era. Preocupados por una imagen propia y definitiva de la banda, sus managers y futuros responsables del notable y hoy ya fenecido sello Chrysalis sabían bien que el público blusero no toleraba la flauta, pero como contrapartida contaban con un brillante guitarrista del género como Mike Abrahams que nadie quería desaprovechar. ¿Cómo combinar dos imágenes tan opuestas en enconada disputa por el centro de atracción? Ian Anderson, con su personalidad dominante y sus aires autoritarios se plantaba al frente del escenario comandando la banda con su flauta estridente, sus posturas juglarescas y su canto peculiar. Abrahams arremetía con su guitarra blusera como fiel émulo de Alexis Korner. Hmmm...

Jethro Tull - Parte I¿Resultado? En principio, el primer álbum de Tull gracias a un contrato con Island Records: "This Was", editado en octubre del ’68. Mucho más inclinado hacia la corriente del rhythm and blues aportada por Abrahams, con quien Anderson compartiría la autoría de los temas y hasta le dejaría cantar uno de estos -sucesos ambos que acontecerían por única vez en Jethro Tull- el disco llegó a los charts ingleses con un respetable 10º puesto, nada mal para el debut de una banda tironeada desde el vamos por dos polos opuestos.

Pero claro, la bomba debía explotar y como era de prever Anderson fue el que encontró refugio seguro bajo el poncho de don Jethro Tull. De hecho Abrahams no partió disgustado: poco después, su propio grupo Blodwing Pig habría de unirse a Tull en reiteradas ocasiones como telonero en varias giras inglesas.

En cuestión de una semana la banda de Anderson pronto encontró y despidió al guitarrista Tony Iommi (futuro Black Sabbath) pero en el interín la presencia de este habría de quedar estampada en el Rock’n’roll Circus de los Rolling Stones -celebrado el 11 de diciembre de 1968- mientras Tull interpreta el corte "A song for Jeffrey" de su primer álbum.

Se dice que también el ex-Nice Dave O’List supo padecer los delirios del quijote Anderson, pero finalmente el hombre indicado apareció para quedarse... hasta el día de hoy.

Jethro Tull - Parte II: Del blues al folk
Jethro Tull - Parte III: Años de furor y decadencia
Jethro Tull - Parte IV: El último brillo
Jethro Tull - Parte V: Disco eterno


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