La belleza en tus limitantes

¿Te has detenido a observar la belleza que hay en las cosas que te detienen? Parece contradictorio, lo sé, pero sólo se requiere darse una oportunidad para ver lo que te rodea bajo esta luz.

Un breve examen nos permite ver que, de entre las cosas que conforman nuestro medio, la mayoría se encuentra fuera de nuestro control. Las personas cercanas que tenemos en nuestra vida se mueven por sus propios motivos con sus propias personalidades hacia lo que sea que desean con sólo algunos miramientos hacia nosotros. La sociedad, la economía, la política, la historia, el orden mundial y la civilización se mueven implacable y certeramente sin ponernos atención un segundo.

Realmente somos seres pequeños con un diminuto papel en este drama humano ( Y ¿por qué no? Terrestre, cósmico). Estamos aquí parados con nuestras inseguridades, nuestros defectos y cualquier aspecto propio que consideramos una deficiencia; y, a la vez, también aquí es donde tenemos sueños y aspiraciones, algunos enormes, otros más mesurados.

Y aquí, entre deseos y circunstancias, sabemos que nuestros deseos dependen, en muy buena parte, del contexto en el que estamos sumergidos. Nuestra personalidad y carácter, nuestra familia y amigos, nuestro país y cultura, la condición humana misma. Cuántas veces sentimos las circunstancias en las que estamos como las limitantes que nos alejan de lo que queremos vivir. Nuestra vida cotidiana como obstáculo de lo que deseamos.

(Y ¿por qué no? Ni siquiera el clima tiene gran reparo en considerar cómo nos hemos vestido hoy para no importunarnos con alguna sorpresa más tarde.)

Pero, si nos tomamos el tiempo, si dejamos que la disposición surja en nosotros, podemos ver la maravilla de toda esta escena en la que actuamos. Así como las plantas y los animales han desarrollado la forma y función que tienen dentro de un medio determinado, nosotros también estamos rodeados de las condiciones apropiadas que pueden hacer de nosotros algo único, formidable y bello.

Las personas más maravillosas y revolucionarias del mundo han forjado su carácter y han dejado brillar su personalidad por medio de sus decisiones dentro de la vida en la que se encontraron. Líderes, artistas, y grandes personas sin renombre. Todos son producto de las decisiones que tomaron frente a las inclemencias del mundo. Como plantas de flores extrañas que surgen en parajes desolados. Como majestuosas aves que sobrevuelan paisajes salvajes que podrían haberlas devorado antes de hoy.

Las cosas, y más aún: los seres vivos provistos de conciencia desarrollan su forma por el medio en que están. Esto, por un lado, quiere decir que podrías cambiarlo. Trabajar por hacer que se ajuste a cada diminuto capricho que tienes, o que podrías cambiarte de medio, mudarte, ir a otro lugar. Pero, por el otro lado, también quiere decir que podrías crear algo sorprendente, algo insospechadamente bello justo a partir de donde estás.

Nuestras circunstancias (nuestras limitantes, si quieres) definen muchas de nuestras posibilidades y aspiraciones; pero no lo definen todo. Hay muchas cosas que están más allá de lo obvio. Hay que aguzar los ojos, escuchar con cuidado para encontrar los tesoros que nuestro contexto esconde. Hace falta que pongamos realmente atención a todo lo que es posible más que a lo que no lo es. Tenemos que hacer experimentos y armar nuestro destino con las piezas que vamos encontrando con nuestra exploración del lugar donde estamos.

Nuestras limitantes también son una oportunidad (y un reto) de crear algo a través de determinadas circunstancias. Uno supondría que son un paraje estéril, pero son la plataforma para crear algo genuino, único, envuelto en la maravilla y sorpresa. Nuestras limitantes son el medio ideal para desenvolvernos, sólo hace falta que encontremos el camino, que nos apropiemos de todo aquello que estamos suponiendo que nos limita. Si solamente nos preguntáramos cuál es la oportunidad que nos traen nuestras limitantes, todo sería diferente.

Realmente es sencillo sentirse pequeño e impotente entre esta marea vital que se desenvuelve a nuestro alrededor en todos sentidos. Pero justamente aquí están las claves particulares e, incluso, personales de nuestro desarrollo.

¿Cuál es tu historia, tus circunstancias?
¿Qué sientes que te limita?
¿Cuáles son las oportunidades únicas que tienes aquí?

¿Puedes ver la belleza de donde estás?
¿Puedes imaginar en quién puedes convertirte?