Revista Literatura

La fuerza de los recuerdos

Publicado el 07 julio 2017 por Emiliomolinar @EmilioMolinaR
La fuerza de los recuerdos
Todos vivimos la vida a nuestra manera aunque, en mayor o menor medida, estemos sujetos a unas leyes y normas de convivencia establecidas por el sistema. Y también aunque compartamos muchos criterios, nos conozcamos o no, en los detalles nuestra visión del mundo es con casi toda probabilidad tan única como lo somos nosotros mismos. Es normal por lo tanto que no todos encaucemos nuestros pensamientos en la misma dirección. Hay quienes viven el presente sin pensar en otra cosa, quienes fijan sus metas hacia el futuro y quienes abrazan un pasado que por muy diversas razones quedó grabado a fuego en sus mentes y sus corazones.
Yo formo parte de este último grupo aunque también me gusta vivir el día y pienso por supuesto en el mañana pero cuando este mañana, en lo tocante a mis aficiones, tiene poco o nada que ofrecerme a medio o largo plazo, es cuando recurro a lo que ya conozco y que, en su mayor parte, tiene esa capacidad de despertar en mí esos viejos recuerdos de tiempos mejores. Buena prueba de ello son los videojuegos antiguos o "retro" que sigo recuperando, pues mi intención principal es volver a tener lo que un día disfruté. Eso sí, ello no significa que no vaya a adquirir alguna pieza extra que me llame la atención o que, en su momento, me quedé con ganas de comprar.
Y quien dice videojuegos dice otras cosas. Estoy seguro de que muchos de vosotros sentís apego hacia aquello a lo que, hace mucho tiempo, profesasteis un gran cariño y que ahora, por el motivo que sea, ya no poseéis. No deja de sorprenderme la capacidad que un objeto concreto, sea cuál sea su naturaleza, tiene para provocar en nosotros esa sensación de nostalgia, de revivir en nuestro ser aquello que experimentamos cuando lo teníamos en nuestro poder.
La fuerza de los recuerdos
Además de los videojuegos, también tengo interés por recuperar al menos en parte esos juguetes que tuve de niño, tarea más difícil si cabe ya que es sumamente complicado, además de caro, encontrar ciertos juguetes en su estado original. Por ello tampoco me obsesiono con el tema y solo cuando se presenta la ocasión y veo que merece la pena adquiero alguno. Puede que con el paso del tiempo llegue a disponer de todo o casi todo lo que tuve hace años pero tampoco me inquietará que finalmente no sea así.
No me considero un coleccionista puesto que hay muchas cosas en estos campos que no tengo interés alguno en acumular. Es, por hacer un símil, algo muy parecido a lo de guardar fotografías que representan instantes concretos de nuestra vida que deseamos perpetuar solo que, en mi caso, son estos objetos los que se encargan de mantener vivos los recuerdos con igual o mayor fuerza que la que pueda tener una imagen o un vídeo. Al final, el soporte de los mismos casi es lo de menos mientras nos permita acceder a ese inmenso archivo repleto de experiencias emocionantes que palpita dentro de nosotros y que a muchos, de vez en cuando, nos gusta volver a abrir.

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revistas