Revista Diario

La grande falsitá

Publicado el 14 mayo 2017 por Evamric2012

Los vi, los he vuelto a ver, los veo de nuevo cada mañana y cada tarde, ayer ya habían vuelto a revolotear e inundar mis noches. Son pájaros de mal agüero, de mal augurio, y entre tanto no sé cómo resolver lo que se me escapa de las manos. Me siento de nuevo atrapada en un agujero en el tiempo, con el nudo del estómago apretando cada vez más impidiéndome encontrar dentro de esta asfixia algo de paz. Entro de nuevo en una espiral en la que dentro de la noria, el hámster no dejar de rodar y rodar, respiro, y luego ya, va y la reviento, la quemo, le pego fuego, estoy muy incendiaria últimamente, y mato al bicho, ya ni sé qué hacer para que deje de seguir alimentándose con las mismas ideas, sin encontrar soluciones válidas, sin saber qué medidas tomar, con quien conversar ya para salir del laberinto. Espero, y mientras, me como un par de mentiras que andan sueltas en la nevera entre un par de filetes de carne muerta y un flan que me siga contando cuentos chinos. Hace una semana apenas, hubiese seguido cantando, o yendo a mis cosas, y hoy va y ya no me sale. Zass.

Quería aferrarme a la idea de que estaba otra vez tocada, pero no hundida... fluctuat nec mergitur, bah, igual salgo que hoy me pidieron un par de rancheras, y el cucurrucucú paloma, me está tentando, ahí no ma´s, porque de lo contrario, igual reventaré o no, mi capacidad de resistencia es hasta una gran putada. En este juego de batalla naval constante, no me quedé manca en un Lepanto, sino como un ente errante deambulando por los entresijos de esos callejones en los que la salida es cada vez más opaca y menos fácil de encontrar que la de los juegos de vídeo, en los que pasar de nivel nos incita a ver un futuro que nos ofrezca al menos alguna recompensa: la de pasar a otro nivel. Estoy en otras, creo que la mentira es algo con lo que ya no puedo... me puede, me supera y cada vez la aborrezco más y más. Todos me han mentido, todos... no se salva nadie, ni Dios que es quien mejor miente. Y es que todo son mentiras, sólo mentiras, parece que la mentira me siguiera con la mentira en los talones, pero ya son viejas mentiras que intentan chulearme con cara de nuevas, desdentadas, malolientes, de boca metro, de peces en orillas boqueando, podridas, con halitosis, mentiras con todo su sarro a cuestas, y su mugre, que sólo saben destilar más mentiras, una bilis negra de mentiras, mentiras de alquitrán negro y duro y apenas puro y humeante que vomita sin parar, una tras otra, otra mentira, de farsa, engaño, manipulación y con más mentiras hasta el cuello, mentiras de arsénico y encajes. Mentiras que corren tras una mentira con su muerte en los talones. Mentiras a todos los niveles y a todas las alturas y mentiras hasta debajo de las piedras. Mentiras de sube y baja, de bajos fondos, de si te he visto no me acuerdo, mentiras de así me cubro las espaldas. Escucho mentiras por donde quiera que voy, en el cine, en casa, en un blog, por las aceras, en el bus, entre bastidores, mentiras en los apuntadores de una escena de teatro, mentiras en bocas de personas a las que quería, apreciaba, mentiras con lenguas como cuchillos, mentiras como ofensas, mentiras como castigo, como perfidia, mentiras como burla, mentiras como cobardía, mentiras con premeditación y alevosía, mentiras con coartada, mentiras sin ánimo de lucro, mentiras para encubrir verdades como puños, mentiras a las que la mentira se le queda corta, mentiras con la falda larga y mentiras de rosarios de rencores, mentiras con mantilla, mentiras como latigazos, mentiras como una hostia bien dada, mentiras para recriminar, mentiras para matar, mentiras para vivir o sobrevivir y seguir mintiendo, mentiras oxidadas, mentiras ácidas, mentiras políticas y mentiras de obras sociales, mentiras de papel, mentiras de pupitres, mentiras de curas, mentiras piadosas, mentiras de cal y canto, mentiras para no dormir, mentiras cósmicas, mentiras con la lengua corta y la saliva lenta, mentiras diagnosticadas, amores de mentiras, mentiras que ni saben mentir bien, mentiras en los poemas, mentiras que cuelgan en los hemistiquios desde donde caen los versos, mentiras acantiladas, mentiras fatuas, mentiras falaces, mentiras estampadas en la frente, mentiras que nadan en la espuma de las olas, mentiras hasta el infinito y más allá. Mentiras incluso en las verdades, mentira en el silencio, mentira en las miradas, mentiras en el tacto de una piel, mentiras en las primeras planas, en el horóscopo, mentiras que nadan en las sábanas, en las pesadillas, y naufragan en los sueños, mentiras de cartón, mentiras de piedra, mentiras de maniquís que sudan en sus escaparates, mentiras de verano, mentiras de presente y mentiras de autoayuda, mentiras en nuestra ciénaga de datos, y hasta el pan nuestro de cada día, amén, mentiras hasta en el plato. Mentiras cuando duermes, cuando te levantas, cuando lees, mentira musical, mentiras arrabaleras, barriobajeras, mentiras con glamour, mentiras sin gracia, mentiras en el paisaje, mentiras hasta en las sombras, y en la luz, en la cama, en los océanos, hasta en la pasta de dientes y el papel del váter... mentiras de alcohol, mentiras de viernes, mentiras besuqueadas, mentiras babosas, mentiras que dan ganas de vomitar... mentiras para partirnos la cara, mentiras de ascensor, mentiras de las de bajar la basura, mentiras de metal, mentiras de autobuses en busca de transexuales, mentiras entre algodones de azúcar, y mentiras de salón. Mentiras, mentiras, y más mentiras. Tantas mentiras y tan bien disfrazadas, camufladas, camaleónicas, que son mentiras de leyenda, y tan poco asumidas que sólo me queda, sentada al borde del precipicio, escupirles hiel en cada boca, y en cada cara. Solo me queda como ¿"verdad" ? ¿se puede decir verdad? aquel día en el que empecé a escupir verdades, y me dijeron que me calmase. Lo asumo. Hace añares que entendí y supe que todo funciona a partir de una base de mentiras, y sálvese quien pueda...


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