LA LUZ DE MIS OJOS - Verónica Valenzuela

LA LUZ DE MIS OJOS
Verónica Valenzuela
Ediciones Kiwi
320 páginas
#prenda215

Mario Toledo es un Enfermero español que decide vivir una experiencia excitante en Somalia, junto a médicos sin fronteras. Entre la pobreza, la enfermedad y la muerte, encontrará unos ojos azules que cambiarán su vida. Cuando más enamorado está de su esposa, un cruel revés del destino, transformará su existencia en la peor pesadilla que un hombre puede sufrir. Alejado de su pequeña hija, deberá luchar por ella hasta convertirse en un padre con un único objetivo: conseguir la custodia de la pequeña, evitando el horrible futuro que han planeado para ella. Para Mario, la carrera contra reloj en la batalla que deberá mantener contra si mismo y contra el destino, le llevará a un pozo oscuro y terrible del que solo su enorme fuerza de voluntad podrá salvarle.

¿Cómo hablar de una historia contando lo menos posible de esa historia? Tengo una ardua tarea por delante, un toro difícil de torear, pero allá que me voy porque la novela lo merece.
La luz de mis ojos llegó a mis manos gracias a un libro viajero organizado por su autora, Verónica Valenzuela. Me encanta esta iniciativa por lo que conlleva: que el ejemplar viaje por diferentes puntos del mapa, retornando a manos del autor/a con la huella de todos esos lectores que representan cada parada. Todo está permitido: escribir, marcar, decorar, comentar... Yo he sido una de esas paradas.

Fuente

La sinopsis habla por sí sola, os cuenta lo que necesitáis saber para enfrentaros a esta historia. Como ya comento al principio, cuánto más ignoréis, más os irá sorprendiendo porque La luz de mis ojos es un non stop, su ritmo no decae, siempre están ocurriendo cosas. Alguien dirá que demasiado dramáticas, que no pueden pasarle más desgracias a Mario Toledo, pero para mucha gente la vida no es un camino de rosas y, cuando surge un revés, su existencia parece convertirse en una concatenación de desdichas. Me gusta el drama, no os voy a mentir, siempre me he considerado una persona sensible, de emociones a flor de piel, lágrima fácil y con demasiada capacidad para empatizar con el mal ajeno; es por eso que este tipo de historias que muestran la cara más dura que puede darnos la vida, me remueven por dentro muchísimo para acabar conquistándome por los aprendizajes que a la postre saco de ellas.

Verónica Valenzuela es valiente. En un momento en el que las mujeres estamos luchando por nuestros derechos, en el que buscamos el cambio y la sororidad, apuesta por el feminismo bien entendido: aquel que también es capaz de denunciar las injusticias que sufren algunos hombres a manos de mujeres que nunca representarán a las demás. Apuesta por la historia de un hombre, por la historia de un padre... 
Catorce capítulos y un epílogo maravilloso, que pasan en un suspiro, componen una novela romántica que sí, habla de amor pasional, pero sobre todas las cosas habla de amor paternal.  Y podríamos quedarnos ahí, pero sería una pena porque hay más. La luz de mis ojos también es un pequeño homenaje a los cooperantes que se juegan la vida en territorio hostil con el único deseo de llevar algo de esperanza a quien ya no sabe lo que es eso, es una bofetada de realidad al abrirnos los ojos a lo que una etiqueta mal puesta trae consigo (prejuicios que pueden influir duramente en el presente y futuro de quien es etiquetado), es una recompensa a la lealtad y un puñado de fe (nunca tires la toalla, el destino reparte las cartas y a veces tarda en salir la baza buena).
Conocí a Verónica en el I Encuentro Huelva Romántica y la luz de sus ojos y su alegría me contagió. Hoy sé que siempre será un gusto leerla y apoyarla en esto de juntar letras.