La mejor combinación: Dieta Mediterránea, aceite de oliva y frutos secos.

Según un reciente estudio, llevado a cabo durante 5 años en 7500 participantes de distintas regiones de España, la Dieta Mediterránea junto con el consumo de aceite de oliva y frutos secos aporta protección contra accidentes cardiovasculares graves, reduciendo la incidencia de ictus e infartos en un 30 %.De estos 7500 participantes en el estudio, no había ninguno con problemas cardiovasculares pero tenían probabilidades de desarrollarlos en el futuro, ya que padecían diabetes o presentaban alguno de los factores de riesgo, como tabaquismo, hipertensión u obesidad.  Cada uno de los participantes fue incluido de forma aleatoria en uno de los tres grupos que serían objeto de estudio. En el primero de los grupos se seguía una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra (50 mililitros diarios); en el segundo añadían frutos secos (30 gramos al día de nueces, avellanas y almendras) al mismo patrón general y, por último, en el tercero, que sería el grupo de control, los pacientes verían reducida la ingesta de grasas. No se impuso en ninguno de los casos una restricción calórica. En los tres grupos se hizo un seguimiento por parte de dietistas. Este seguimiento tuvo una duración de cinco años. Hay que resaltar, que después de este tiempo, los investigadores comprobaron que los grupos con dieta mediterránea vieron aumentado su consumo en legumbres y pescado, abundando también el consumo de aceite de oliva y frutos secos.Al analizar su estado de salud, también se vio la incidencia del cambio en la dieta, ya que la presencia de accidentes cardiovasculares era significativamente menor que entre los que solamente habían reducido la ingesta de grasas. Con estos resultados, la dieta mediterránea (Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad) recibe un nuevo espaldarazo, ya que se ponen en valor de nuevo sus beneficios para nuestra salud.