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La Reina Isabel II tiene 2 primas confinadas en un manicomio?

Publicado el 07 julio 2013 por Clarena Roux @clarenaroux
Las primas ocultas de Isabel II
La Reina Isabel II tiene 2 primas confinadas en un manicomio?  
En medio del mejor momento del reinado de Isabel II según expertos en realeza como Sarah Bradford (autora de la más reciente biografía de la monarca), la productora Channel 4 acaba de recordarle, a través de un documental, la existencia de Nerissa y Katherine Bowes-Lyon, dos primas hermanas suyas nacidas con deficiencias mentales que les valieron ser borradas de la historia.
Las hermanas vinieron al mundo en el hogar de John Bowes-Lyon, hermano de la reina Elizabeth –madre de la Reina– y de su esposa Fenella. Nerissa nació en 1919 y su hermana en 1926, tan solo tres meses después de Isabel, en una época en que las familias ocultaban por vergüenza a los parientes con retardo, pues era visto como una amenaza para la sociedad. Tales afecciones se asociaban con delito menor, promiscuidad y conducta sexual ligera, y se creía que eran propias del bajo mundo.
La solución entonces fue encerrarlas en el Royal Earlswood Hospital, en Redhill, condado de Surrey, una institución fundada en 1855 como “asilo para idiotas”. Desde su llegada allí en 1941 la única que las visitaba era su madre, pero al morir ella en 1966 nadie volvió a frecuentarlas. Ni siquiera su tía, la Reina Madre, admirada por socorrer a los pobres. Tampoco existen registros de que Isabel II haya ido a verlas una sola vez.
En cambio, Nerissa y Katherine, pese a su incapacidad, nunca olvidaron su vínculo con ellas. Según cuenta en el documental de Channel 4 la enfermera Onelle Braithwaite, quien las atendió en el hospital, “siempre que la Reina o la Reina Madre aparecían en televisión ellas hacían una reverencia majestuosa, hasta abajo. Obviamente, algo quedaba en su memoria”. También narra lo triste que era pensar la vida que hubieran podido tener las hermanas, a quienes evoca como “adorables”. “No podían hablar, pero señalaban y hacían ruidos y cuando las conocías podías entenderlas. Hoy, ellas hubieran podido acceder a una terapia del habla y comunicarse mucho mejor”, relata.

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