Revista Diario

La Soledad

Publicado el 18 julio 2016 por Belisalucha @BelisaLucha

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La soledad vive conmigo, es mi soledad, es parte de mi, de mis visiones de mis deseos.

Mi soledad es mi compañera de muchos días, aunque este rodeada de gente, ella se acerca y me susurra en el oído y la siento cerca, muy cerca.

A veces estamos en paz, nos acompañamos mutuamente, nos aceptamos, nos hacemos una grata compañía, somos amigas.  Puedo decir, que  demasiadas veces me siento muy bien con ella, la abrazo, la disfruto y  es una importante parte de mi.

Otras veces me agobia su presencia, la odio, necesito la presencia de alguien con quien intercambiar palabras, emociones, deseos. Necesito socializar y oír diferentes criterios, oír nuevas historias, compartir sucesos.

Cuando ha pasado un tiempo vuelvo a tener necesidad de nuevo de mi soledad y la busco para poder asimilar la compañía de otras personas.

Estoy entre dos extremos, el deseo de estar sola y el deseo de compartir con otros.

Me encanta estar sola para oír música leer, escribir, meditar, permitirme hacer lo que apetezca sin pedir permisos, sin cotejar criterios, evaluar deseos o llegar a acuerdos. Salir a caminar y dejar vagar mí mente, imaginar sucesos, recrear cosas que deseo y como obtenerlas, o situaciones en las que quisiera encontrarme o simplemente imaginar el futuro que quiero para mi.

Me encanta conversar, oír historias, comparar ideas, y para eso necesito compañía de otros. Es mi otro extremo en que mi soledad se retira silenciosa y espera porque vuelva a ocupar el primer lugar.

Hay días en que al despertar, deseo estar sola, deseo solo oír música, tener cerca mi portátil y escribir, transformar en  letras un pensamiento, un sentimiento, o ideas que surgen de la nada. Esos días estoy feliz de poder disfrutar de mi soledad,

Otros días al despertar me pregunto que puedo hacer para ver gente, para conversar, ser útil para otros, realizarme en algún servicio aunque sea el de compartir una sonrisa. Esos días me  aterra la soledad y busco algo que hacer lejos de ella. Deseo oír diferentes opiniones, y ver como las personas se proyectan en cada caso.

Me considero una buena oyente, muchas veces los dejo que hablen y solo escucho, muchas personas tienen una gran necesidad de ser oídas.

No se si a otros les sucede lo mismo y se debaten entre estos dos extremos en que me encuentro, pero analizando mi vida, esto me ha sucedido siempre, no puedo definir cuando se hizo tan claro para mi, pero es una situación que siempre me ha acompañado.

Nunca me ha asustado la soledad, pero reconozco que puede ser muy difícil, quiero tener compañía y a la vez me gusta disfrutar de la soledad por decisión propia y no por necesidad.

Comprendo que los que no tienen con quien compartir su vida, no me entiendan, muchas veces tampoco yo me entiendo, y es por eso que tratando de entenderlo, escribo. Cuando pienso en que algún día puedo quedarme sola sin ningún ser querido cerca o sin la persona que es mi compañero de vida, me asusto mucho  y no se que haré en ese momento ni como pensare.

Hoy estoy en compañía de  mi soledad y me he permitido escribir sobre mis deseos extremos.

No espero que me entiendan, pero al menos que les permita reflexionar sobre sus sentimientos sobre la soledad.

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