Para la reforma Jose optó por conservar todo lo que recordara a una tasca tradicional: manteles de cuadros rojos, mesas de mármol... mezclados con toques de decoración más contemporánea, y yo diría que también, más sofisticados. Es increíble ver lo bien que casan elementos como apliques y lámparas al más puro estilo bistró, con taburetes de estilo industrial, maderas antiguas con un toque muy rústico, muebles de oficio, paredes de ladrillo visto (se conserva el original) colores como el gris plomo o tuberías de cobre, que le dan un toque muy actual.
La tasca se dividió en tres ambientes, el primero, según entras es el ambiente de tasca tradicional, con su barra y sus mesas de mármol y taburetes en el que destacan dos grandes pizarras antiguas de escuela, que muestran el menú de vinos y tapeo. El segundo ambiente es e central, un ambiente de transición entre la tasca y el restaurante, decorado con mesas antiguas de madera, un mueble botellero en hierro y madera y presidiendo las paredes, cuadros con fotografía contemporánea. El tercer ambiente está situado al final de la tasca, al lado de la cocina, es un espacio más estrecho y al que se han colocado espejos para dar una sensación de más amplitud, en este espacio podemos ver las mesas siempre vestidas con manteles de cuadros rojos y blancos.La comida de la tasca es de inspiración navarra, muy tradicional, con sabores de toda la vida y productos de temporada, por lo que hacen que la carta siempre sea variable. Aquí se te hará la boca agua con todo y te aseguro que saldrás de la tasca habiendo vivido toda una experiencia gastronómica, reviviendo sabores de toda la vida.Puedes ver el vídeo que mi amiga Patri Blanco hizo el día que visitamos el local, te encantará ver la tasca en movimiento.
José Sousa posando con uno de los socios del local, el gerente y una camarera.
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