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La vida de ida y vuelta nº 15

Publicado el 23 marzo 2013 por Miscincuenta Pepe Rodriguez @miscincuenta
Dentro de la confianza de una pareja está la “verdad y la mentira”, el riesgo de saber si merece la pena una u otra, es el riesgo que se puede correr si no es la acertada. ¿Quién no ha mentido alguna vez a su pareja?, y no necesariamente con una mentira, si no con una verdad, porque las verdades también pueden ser mentiras, como las mentiras pueden ser verdades. Noelia me hizo una pregunta directa y jamás se debe contestar en un estado de angustia, de estrés, de nervios, por una simple razón, podemos tener una contra respuesta muy desagradable. Algunos de vosotros me diréis que hay mentiras, y mentiras a medias, o verdades, o verdades a medias, bueno para mí solo existen dos, las mentiras y las verdades. La vida de ida y vuelta nº 15Cuando tu pareja te hace una pregunta tan directa, como si sigues enamorada de ella, o de él, y además ha recorrido más de quinientos kilómetros para preguntártelo, es por un motivo, “algo sospecha”, tenéis que estar de acuerdo conmigo que no es igual decirlo por teléfono que mirarle a la cara, y Noelia cuando me lo preguntó, pude verla con un estado de nervios muy grande, jamás la había visto así, en aquel estado, si de algo puedo presumir es que se leer los gestos de las personas, sus movimientos, y percibir a través de su voz, si es una conversación relajada o si no lo es.
Cuando entro en mi despacho, veo a Noelia que está sentada, y nada más entrar, ella se pone de pie, yo me dirijo hacia ella sin quitar mis ojos de los suyos, ella no se mueve, ni tampoco me quita su mirada, es desafiante, noto que su cuerpo está rígido, no se mueve, ni tan siquiera hace el gesto de acercarse a mí, esto lo digo porque Noelia cada vez que me veía, era ella la que se acercaba a mí, le doy un beso, y le pregunto si todo está bien, ella me dice que me siente, y así lo hago, puedo observar que sus manos están sudorosas, motivado por el estrés producido, y esto me preocupa mucho ya que jamás había visto a Noelia así, sus ojos no pestañean, y con su voz temblorosa me pregunta, “¿estas enamorada de otra persona que no sea yo?”. Si me hubieran dicho que Noelia me iba a preguntar eso, no me lo hubiese creído jamás. Yo no sé, si la pregunta fue la correcta, o si no lo fue, pero para mí, fue un alivio que me la hiciese, otra cosa hubiera sido, si la pregunta fuera si yo le había sido infiel, porque entonces, no sé qué le hubiese respondido. Pilar sabía perfectamente que yo no estaba enamorado de ella, que mi verdadero amor era mi mujer, yo no sé si sentía amor por Pilar, o simplemente era atracción física, lo que si se, era que estaba muy bien con ella, y cuando era así, yo estaba muy a gusto, lo siento pero esta es la verdad, ¿podríamos decir que esto es infidelidad?, posiblemente sí, yo me hacia esta pregunta casi todos los días, me preguntaba ¿cómo era posible que no sintiese remordimiento? Lo que tenía muy claro, es que yo amaba a Noelia, y por otro lado deseaba estar también con Pilar, quizás esta situación la provocó también la distancia, no quiero justificarme si está bien o está mal, yo no me voy a justificar nunca. Mire a Noelia, y le respondí que porque me hacia esa pregunta, que sabía perfectamente que solo la amaba a ella, yo no sabía que era lo que sospechaba Noelia, yo no sabía si conocía todo, o parte de mi historia con Pilar, mi pacto con Pilar era muy sencillo, yo me hacía cargo de todos los gastos de la niña, de nuestra hija, Pilar sabía perfectamente que jamás iba a abandonar a mi mujer por ella, ese era nuestro trato, y no sé por qué, pero Pilar era feliz, y por qué no decirlo, yo también lo era, digamos que podría estar viviendo dos vidas paralelas. La vida de ida y vuelta nº 15El día que me propusieron irme a Málaga, yo lo hablé con Pilar, y ella no dudó en venirse conmigo, de irnos los tres, ella, la niña y yo. Yo, a Pilar no deseaba engañarla, y le dije, que Noelia en unos meses, vendría también a vivir con nosotros. Yo solo la puse una condición a Pilar, y fue que nunca le dijese a la niña que yo era su padre, tan solo se lo diríamos cuando fuese mayor de edad. Al decirle a Noelia que ella era la única mujer que amaba, no la engañaba, me acerqué a ella, la miré fijamente a los ojos, y le pregunté porque me hacía esa pregunta, Noelia se echó a llorar y me dijo otra vez, que se lo jurase por nuestra hija, “te lo juro Noelia, tu eres la única mujer que amo”, Noelia me abrazó, y pude ver como su cuerpo temblaba, y esa reacción me preocupó más que la pregunta que me hizo. No quería llorar, no deseaba que Javier me viese llorar, cuando ves que tu vida puede cambiar en unos minutos, por tu mente pasan tantas cosas que te bloqueas, y por qué no decirlo, sé que depende de lo que me contestase, cuando tu vida depende de una pregunta, o mejor dicho de una respuesta, el cuerpo se bloquea, no sabes cómo vas a reaccionar en un momento de tensión, Javier entró por la puerta tan seguro como siempre, yo sabía que Javier era muy observador, y que cualquier movimiento era una pista para él, de mi estado de ánimo, traté de no darle muchas pistas. Yo sabía perfectamente que Javier tenía una relación con aquella mujer, pero lo que no sabía era cuanto tiempo llevaban juntos, solo me hice a la idea que no más de tres años, o quizás alguno más, esto lo intuí, por la edad de la hija de Pilar. ¿Hasta dónde está dispuesta una mujer a perdonar una infidelidad de su marido?, quisiera ponerme cono ejemplo a mí, y era que yo estaba enamorada de mi marido, sé también, que ese amor no era como al principio de conocernos, y sé también, que desde que tuvimos a nuestra hija, pudiera ser que nuestra relación íntima se enfriara un poco, quizás los hombres no lleguen entender esto, pero quien no dormía por las noches era yo, como también es cierto, que mientras la niña se alimentase de mi leche, mi marido no me tocaba mis pechos y todo esto pudiera ser que enfriase nuestra relación, pero eso no justificaría una infidelidad, yo no fui infiel a Javier y el si lo fue conmigo. Yo sé, que Javier desde que tuvimos a nuestra hija, sus viajes a convenciones eran más frecuentes, y ahora los entiendo más, siempre su secretaria iba con él, yo entonces lo veía como algo normal, que ilusa ¿por qué siempre somos las últimas en enterarnos de todo?, o no nos queremos enterar de lo que nos sucede. Javier era un hombre triunfador, no tenía ni los cuarenta años, y ya era responsable de una clínica, socio de una de las mejores empresas de cirugía estética, una posición social alta, ¿Qué más podía pedir yo?, era feliz, muy feliz y ahora me pregunto ¿todo el éxito de Javier y mi posición escondía la realidad de mi vida?, yo podía perdonar una infidelidad espontánea, pero lo que no podía perdonar, era una infidelidad continua en el tiempo. Yo tenía que saber si Javier me amaba a mí o a ella, por este motivo le hice la pregunta aunque con el tiempo supe que no era esa la pregunta. Yo conocía muy bien a Javier y sabía si me mentía o me decía la verdad, ¿la verdad?, que ilusa fui, yo vi con mis propis ojos que Javier y Pilar estaban juntos, si Javier me contestaba que no era a mí a la que amaba, mi vida se iba a derrumbar, pero si por otra parte me decía que era a mí a quien amaba, sabía que me estaría mintiendo, y mi corazón iba a sufrir mucho, estaba en una situación de inseguridad, tenía mucho miedo a la respuesta que Javier me tenía que decir, pero la necesitaba, no sé por qué pero la necesitaba, aun sabiendo que fuese lo que fuese, me iba a mentir. La vida de ida y vuelta nº 15Javier me miró a los ojos y me dijo que a quien amaba era a mí, yo conocía a Javier y sabía cuando me decía la verdad y cuando no me la decía, y su mirada me delató que decía la verdad y aquella respuesta me dejo sin palabras, era cierto que Javier me amaba a mí, quizás no fue la pregunta la que tenía que haber hecho, pero una cosa tenia clara, si no deseaba escuchar una respuesta, lo mejor era no hacer una pregunta, alguien pudiera pensar que yo en aquel momento fui muy cobarde, pudiera ser, pero ¿qué mujer no lucha si reamente está enamorada de su marido?. Yo estaba dispuesta a luchar por Javier, por su amor, por recuperar el amor que seguramente algún día nos dejamos por el camino, pero tenía otra pregunta ¿estaría Javier dispuesto a que todo fuese igual antes de que el conociese a Pilar? Sabía que Noelia había depositado toda su confianza en mí, ella me abrazó, y me besó como hacía mucho tiempo que no lo hacía, era como si tratase de luchar por nuestro amor, yo le decía que no tenía que preocuparse por nada, lo que no le dije era que yo si me tenía que preocupar por mí, no sabía que intención tenia Noelia, si se iba a venir a vivir conmigo o si iba a seguir viviendo en Madrid, si vivía en Madrid, mi preocupación iba a ser menor, en cambio sí se venía a vivir a Málaga, mi preocupación iba a ser mayor. Javier, me dijo Noelia, quiero que soluciones todo en una semana, y te digo todo, lo profesional y lo personal, la semana que viene, tu hija y yo, nos venimos a vivir contigo. Noelia se marchó esa misma tarde, yo no llegue a entender o no quería entender lo que me dijo, “quiero que soluciones todo en una semana y te digo todo, lo profesional y lo personal”, años más tarde supe que ella sabía lo de Pilar, y al cabo de los años supe la verdadera fortaleza que tenía Noelia, y lo ciego que yo estaba en aquel momento, y con esto no trato de justificar nada de lo que hice. Aquella semana mi vida cambio para siempre, lo que pensaba yo que todo era perfecto, era imperfecto, mi vida era irreal, mi vida estaba planificada en mí y para mí, y no para mi mujer ni para mi familia, y quien yo pensaba quien era, no lo era. Yo tenía que contarle a Pilar todo lo que Noelia me había dicho, que ella estaba dispuesta a venir a vivir a Málaga, y que lo nuestro no podía continuar como lo había hecho hasta ahora, que iluso de mí, yo no estaba enamorado de Pilar, lo que no calculé fue que Pilar si estaba enamorada de mí, y que ella, estaba dispuesta a luchar por nuestro amor, ¿nuestro amor? Después de una noche hablando con ella, con Pilar, me dijo que ya iba siendo hora que Noelia supiera toda la verdad, ¿Qué verdad la dije yo?, la de tu hija, la de nuestra hija. Pepe Rodríguez.

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