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Labo, para los amigos

Publicado el 10 noviembre 2009 por Yopo
Esta semana he estado muy ocupado. Bueno, igual no tanto, pero sí que he tenido el horario mucho más ajustado. Clases por la mañana, laboratorio por las tardes, y entre medias, empezar a estudiar para algunos exámenes que están a la vuelta de la esquina. La verdad es que lo echaba de menos. Las últimas semanas he vivido en una especie de sopor continuado en el que reaccionaba como un autómata, pero apenas tomaba conciencia de lo que estaba haciendo. Estos días me han servido para situarme, para darme cuenta dónde está mi lugar, para volver al redil, si es que algún día salí de él.
Echaba de menos tener ocupaciones y preocupaciones. Tener la agenda llena no es más que el reflejo de vivir. Empiezan a vislumbrarse los exámenes, los seminarios y las práLabo, para los amigoscticas. Empiezo el laboratorio, y con la bata blanca me siento como pez en el agua. Viviendo entre Erlenmeyers, placas Petri, bioensayos y fermentadores, estoy como en casa. El agar es un ingrediente de lo más común en mi día a día. Sembrar en placa y aislar colonias constituye una enorme satisfacción. Producir antibióticos ya es parte de la rutina como lo es hacer la cama o ducharse. Las micropipetas me ponen. Y pronto empezaré a tomarme el café en falcon y los chupitos en eppendorf. Ya no puedo estar sin ellos.
Se puede decir que esta semana ha sido la de volver a la rutina, la de contactar de nuevo con la dura vida del universitario y ponerme las pilas, porque en las semanas anteriores estaba haciendo honor a eso de “Los estudiantes vivís como queréis” entre puentes, fiestas y tiro porque me toca.
De todos modos, lo peor aún está por llegar. Pero, al fin y al cabo, ir entrando en materia poco a poco, es la mejor forma de prepararse para ello. Por lo pronto, hoy vuelvo a tener laboratorio. Labo, para los amigos.

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