Las expectativas son como los sueños…

 

¿Qué tan peligroso resulta confiar en las personas?Confiar es algo natural, parte de nuestros sentimientos hacia los demás, pero ¿En el momento que confiamos en alguien, significa que estamos esperando algo de esa persona? Probablemente sí. Muchas veces, nos sumergimos en un mar de sueños y fantasía, en el que sin darnos cuenta, apasionadamente esperamos que las personas den más de lo que dan, esperamos que den lo que nosotros queremos, y cuando no es así, la esperanza, la confianza y la ilusión se vienen abajo completamente.
Jugar con fuego resulta fácil, para quienes lo hacemos, sabemos que simple y sencillamente no se debe tocar la parte azul de la llama, sin embargo, nadie dijo que no fuera peligroso, nadie dijo que no exista una probabilidad de una quemadura, de un dolor…De igual forma crearse expectativas acerca de algo o de alguien, implica consecuencias, y pueden ser buenas o pueden ser malas. En la medida en que sepamos afrontarlas, así será menor el dolor de la quemadura y será además, una forma de aprendizaje, de crecer…
Los sueños, duran cuanto tiempo nuestros ojos estén cerrados, o incluso cuanto tiempo nuestra mente nos permita estando con los ojos abiertos, pero cuando la realidad nos abofetea de una manera fría, sabemos cuál es la diferencia de ambas.
Esperar le sirve al reloj para seguir funcionando, en nosotros, los humanos, implica sentimientos. Dar no es recibir, es conocer, es entender, es aceptar.