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Las funciones del psicólogo en la terapia de pareja

Publicado el 20 octubre 2017 por Carmen Calabuig López @revoltosa1952

Posted: 18 Oct 2017 07:00 AM PDTLas funciones del psicólogo en la terapia de pareja
Toda relación de pareja tiene conflictos y pasa por periodos de crisis. De hecho, una pareja sólida y estable no es aquella que está exenta de problemas sino la que es capaz de superar los obstáculos y salir fortalecida de la adversidad. Sin embargo, hay ocasiones en las que los problemas desbordan los recursos de la pareja. En ese caso, la terapia podría ser la mejor solución.
Por desgracia, muchas parejas esperan entre 5 y 6 años para pedir ayuda. Después de tanto tiempo lidiando con los conflictos y poniendo en práctica patrones de comportamiento disfuncionales, la relación suele estar muy desgastada y generalmente una de las personas ha dejado de confiar en que exista una solución.
En esos casos, se espera que el terapeuta brinde soluciones rápidas, que tome decisiones que la pareja no se atreve a tomar o que “convenza” a uno de los miembros. Sin embargo, esas no son las funciones del psicólogo en la terapia de pareja.

¿Cuál es el rol del psicólogo en la terapia de pareja?


- Detección de problemas. El motivo de consulta rara vez es el problema. Esto se debe a que en una relación se establecen dinámicas que no siempre son fáciles de detectar y que además de contribuir a generar el problema, lo alimentan. Una de las funciones del psicólogo consiste en desenredar la madeja para detectar qué impide a la pareja disfrutar de su relación.
- Mediación en conflictos. El terapeuta no debe tomar parte, si no hacer de árbitro para que la pareja restablezca los canales de comunicación, promoviendo una actitud más comprensiva y empática en cada uno de los miembros.
- Orientación. Una vez identificado el eje del conflicto, el psicoterapeuta trabajará para que ambas partes puedan asumir una actitud más abierta y flexible con respecto a la crisis que atraviesa la relación, invitando a la pareja a reflexionar sobre las responsabilidades derivadas de cada miembro y el abanico de opciones que pueden tomar para volver a enriquecer la relación poco a poco, en vez de minar sus bases. O, separarse.

La necesidad de formarse como terapeuta de pareja


Psicólogos de la UCLA han publicado recientemente una revisión muy interesante que recoge más de 40 años de investigación sobre la terapia de pareja donde se concluye que, independientemente del enfoque terapéutico, el factor común de los profesionales más eficaces es que no se aferran a una orientación teórica sino que integran las nuevas evidencias clínicas y técnicas, adaptando su método de trabajo a las características y necesidades concretas de cada pareja.
Los autores del estudio subrayan también la importancia de la formación especializada que debe tener todo buen terapeuta de pareja, ya que el contexto en que desarrollan su actividad es especialmente exigente. Trabajar con una pareja demanda desarrollar habilidades especiales como la neutralidad, la capacidad de control para evitar que la sesión se convierta en un campo de batalla y la agudeza para detectar rápidamente los problemas psicológicos individuales de cada miembro.

¿Dónde formarse como terapeuta de pareja?


En España existen diferentes programas de formación en terapia de pareja. Uno de los más completos es el Experto en Psicoterapia Breve de Pareja que ofrece la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia, en colaboración con la Universidad San Jorge de Zaragoza. 
Este curso es particularmente interesante porque se enmarca dentro de la Psicoterapia Breve Integrada: modelo que, a partir de una explicación psicodinámica y sistémica del aparato psíquico incorpora los elementos técnicos que se han demostrado eficaces (y eficientes) en la práctica clínica, en los niveles corporales, psicológicos y familiares.
A lo largo del programa, profesores con una amplia experiencia clínica y docente en el área de la psicoterapia de pareja, profundizan en los mecanismos inconscientes o “colusión” en la elección de pareja, el proceso de mentalización, los juegos de poder, la infidelidad, la intervención en crisis y, llegado el caso, las consecuencias y los daños colaterales de la ruptura. 
La teoría se complementa con exposiciones de casos prácticos orientados a ayudar al profesional en la resolución de los problemas que puedan aparecer en su trabajo clínico diario. Y, durante la última sesión del curso, se trabaja con una pareja real a fin de conocer en primera línea cuáles han sido las dinámicas que les han llevado a terapia y cómo puede el psicoterapeuta abordarlas.
También se facilita el acceso a actividades extracurriculares complementarias como talleres prácticos y seminarios de muy diversa temática: apego y psicoterapia, guion de vida, coaching, intervención en duelo, psicofarmacología clínica, etc. 
Y por cierto, la matrícula está abierta, para todos los psicólogos y médicos interesados.
Fuentes:Benson, L. A.; McGinn, M. M., & Christensen, A. (2012) Common principles of couple therapy. Behavior Therapy; 43(1): 25-35. Lebow J.L. et. Al. (2012) Research on the treatment of couple distress. Journal of Marital and Family Therapy; 38: 145–168.Christensen, A. et. Al. (2004) Traditional versus integrative behavioral couple therapy for significantly and chronically distressed married couples. Journal of Consulting and Clinical Psychology; 72: 176–191.


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