(Leo) Déjame ser.

Por qué no sentir envidia de lo que no tengo y sí quiero con todas mis ganas. Al ver cómo mi Todo y la Nada comparten el mismo significado, al ser sinónimos. Siento la vida misma contigo, ya que por quererte demasiado has hecho que hasta te odie en determinados momentos. Lo único que me gustaría es que me dejases ser tantas cosas como espacios entre mis letras. Me gustaría ser café para que tengas la necesidad de beberme todos los días, ya sea como desayuno a media mañana como el último trago antes de irte a dormir. El aire del que respiras, porque no eres capaz de vivir sin él (literalmente) o las olas que mueren en la arena, aquella que se pega a tu cuerpo y no se va ni con una ducha de agua caliente. Me gustaría ser viento para que en el invierno pueda entrar por la ventana, y lluvia para poder dormirte. Me gustaría estar tan alto como la luna para poder verte y no perderte nunca de vista, o tan brillante como el sol para que siempre te fijases en mí. Me gustaría hacer tantas cosas que, por eso mismo, he perdido la cuenta de cuántos días faltan para volver a encontrarnos. Aunque sea por error. Déjame ser una casualidad más de tu vida, pero esta vez, hagamos que parezca que no está planeado.