Revista Literatura

Los patos de Central Park

Publicado el 25 agosto 2013 por B
El patito feo no acaba bien, de hecho nadie sabe cómo termina esa historia; es el comienzo de una nueva que Andersen no supo cómo empezar y la dejó en un saludo de cabeza cortante y con cambio de familia, como en los realities de Mtv.
A Toni Soprano los patos le hacían llorar. Y a Holden Caulfield le obligaron a obsesionarse cinco minutos con la realidad:
De pronto se me ocurrió preguntarle al taxista si sabía una cosa.
-¡Oiga!- le dije -. Esos patos del lago que hay cerca de Central Park South…Sabe qué lago le digo, ¿verdad? ¿Sabe usted por casualidad adónde van cuando el agua se hiela? ¿Tiene usted alguna idea de dónde se meten?
Sabía perfectamente que cabía una posibilidad entre un millón. Se volvió y miró como si yo estuviera completamente loco
-¿Qué se ha propuesto, amigo? – me dijo -. ¿Tomarme un poco el pelo?
-No, solo quería saberlo, de verdad.

Hoy Toni ya no está y Holden Caulfield estaría ingresado por déficit de atención y trastorno depresivo bipolar.
Joey Tribianni y Chandler Bing compraron un pato y un pollo (dos veces), y aunque ganaron durante unas semanas un piso mejor, se quedaron sin su futbolín para poder salvarlos.
El Pingüino se hizo un villano por amor, o por desprecio, aún tengo dudas después de tantos años.
En Tomates verdes fritos robaron un lago:
- ¿Sabes la historia del lago que había aquí antes? Pues un mes de noviembre vino una bandada de patos y se posaron en el lago, la temperatura bajó tan deprisa que el lago se heló, entonces los patos se fueron volando y se llevaron el lago con ellos... dicen que ahora debe estar en algún lugar de Georgia.
Y en El lago de los cisnes mueren todos.
Observo desde el otro lado del río cómo baja la poca corriente que hay, y como los patos se resbalan por el agua. Kilómetros arriba en la ciudad, en el Canal, los patos siguen haciendo fila para merendar las galletas y los trozos de pan que les tiran los niños, esperando que alguien les haga caso. Dudo que se conviertan en cisnes, dudo que Batman los salve, no serán la mascota de nadie, no dejarán el fango del río.
O puede que no.
Puede que necesitemos los patos.
Han Solo aceptó a regañadientes desafiar al Imperio a cambio de mucho dinero y sin creer en la causa. Al final lideró toda la revolución sólo por amor. Lástima que no se diera cuenta.

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