Los regalos de mi vida (i)

A ratos pienso qué pasaría si algún día me reencontrara con el Miguel que, en su día, me permití ser y/o toleré en mi vida! Ya sé que cada uno de nosotros somos singulares, en constante evolución e irrepetibles! No me reconocería! Pero dejo volar mi imaginación y especulo sobre de dónde surgió el verdadero Miguel que muchos conocen hoy o qué se ha hecho con ese otro que creyeron conococer en mi historia! A veces, a mí mismo me cuesta reconocerme tal cual soy, ahora! Durante muchos años me esforcé por ser ese Miguel que los demás habían planeado para mí y que querían que fuera! Eso, sin duda, me hizo una persona dúctil, maleable y bien adaptado a las circunstancias, lo que me trajo muchas amistades, gracias a mi innata capacidad de conocer personas nuevas y empatizar con ellas! Socialmente, debo admitirlo, era un personaje irreprochable y accesible, cumplía bien mi presunto papel en la vida!

Pero, ¿dónde estaba el Miguel que hay ahora? Algo en mi interior me hacía sentir estafado, como si estuviera renunciando a ser yo mismo! ¿Podría ser que los demás -incluso quien afirmaba quererme- se equivocaran en sus pretensiones y espectativas conmigo? ¿Qué fallaba en esa vida de entonces, en la que lo importante era, simplemente, dejarse llevar por los demás y las circunstancias? ¿Por qué me sentía vacío y triste, no encontrando el sentido a lo que vivía? Algo debía de estar mal. Así, durante muchos años tuve el convencimiento de que era una persona rara, en comparación a los demás que había a mi alrededor! Pero, quizás, con el tiempo uno empieza a darse cuenta de que los que hasta ahora eran referentes y modelos a seguir en mi vida, no eran siquiera felices, como tampoco lo era yo! Y llegué a la conclusión de que, si seguía su modelo, además de continuar sintiéndome infeliz y con ese cierto sentimiento de alta traición, el resultado de actuar así no me llevaba a mi mejor vida, como yo siempre había soñado!

Asusta y te hace sentir inútil y culpable darte cuenta de que has errado el camino media vida, pero aún asusta más no saber hacia dónde debía dirigirme para mejorarla! Ese fue el primer regalo de la vida: sentirme humilde, desorientado y vulnerable ante mí mismo y ante la vida! Solo existía por aquel entonces una evidencia: No era feliz! Y una certeza: Nunca podría ser feliz de seguir así! Y algo en mi interior me hacía sentir que merecía ser feliz, pero a mi manera, que poco tenía que ver con la felicidad que creía sentían los demás! El segundo regalo de la vida fue tener el coraje ante las dificultades que viví -aunque ahora pienso que generé yo mismo, dada mi rebeldía interior y mi insatisfacción ya evidente- para no dejarme vencer por las circunstancias y los demás, sino buscar con ansiedad mi propio Destino! Y busque nuevos referentes… leí, hablé, lloré, cuestioné, en busca de esa verdad oculta que, al parecer, me hacía sentir así, pero se me escapaba de las manos y me privaba de la libertad, la paz y el amor que tanto necesitaba!

En mi búsqueda incesante, también me di cuenta de que mucha gente vive así, buscando la verdad de su ser y el sentido de su vida, pero sin vivirla. Como también hay muchas personas que ni siquiera lo buscan y viven aparentemente una vida placentera. Mi inquietud no era garantía de encontrar lo que buscaba, ni tan siquiera era fácil andar buscando algo que, en realidad, desconocía! ¿Por qué tuve que nacer así de complicado, de exigente e insatisfecho? Veía gente a mi alrededor que vivían aparentemente una felicidad mucho más simple, accesible, cotidiana y menos costosa! Y cada día más, me sentía transportando una pesada losa, por ser como era, por sentir como sentía y por las complicadas circunstancias que, por entonces, me obsequiaba la vida, cada día! Ahora veo que la vida simplemente me daba más oportunidades para… ¿odiarme y odiar la vida? ¿Temerla, sin conformarme? ¿Vivir mi propia felicidad como un loco, solitaria y clandestina?

Continuará…

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