Revista Talentos

Luna

Publicado el 07 marzo 2012 por Beatrizbeneitez
LunaBeatriz Benéitez Burgada. SantanderHace unos dos meses se instaló un gato en el porche de casa. Vino un día y no se ha vuelto a marchar. No sabemos cómo, ni por qué, pero él decidió quedarse. Y yo decidí que no se quedara. ¨Tengo dos gatas, y suficientes responsabilidades. No quiero ni una más¨, pensé. Cada vez que me veía, se acercaba; me acompañaba al coche cuando me iba; y cada mañana esperaba en el felpudo a que las peques y yo saliéramos de casa. Yo no quería encariñarme con él, así que le llamaba "gato". Pensaba que si le ponía un nombre sería como invitarle a quedarse. Un día descubrí que dormía en el garaje. Le dejaba agua, pero no comida, con la esperanza de que entendiera que tenía que irse a su casa. Porque de algún lugar ha tenido que venir. Pero han pasado muchas semanas y sigue en sus trece. Este domingo, sentada en el porche, le vi correr delante de los gatos de Yolanda, mi vecina. Me vio, se acercó y se sentó junto a mis pies. Fue la primera vez que le cogí y le  observé con detenimiento. Entonces descubrí que no era gato, sino gata. También vi que parece estar cuidada, y me pregunté donde comería. Es guapa, atigrada y con los ojos claros. Y cariñosa, muy cariñosa.
Siempre me ha extrañado que no se quisiera ir. Es bruta, y no da su brazo a torcer. De hecho, si fuera como la protagonista del ¨Maldito Karma¨ de David Safier, pensaría que la gata es mi bisabuela reencarnada que ha venido a verme. Seguí observándola, y entonces comprendí por qué la perseguían los gatos de ¨villa arriba¨: ¡Estaba en celo! Justo en ese momento  me di cuenta de que ella había ganado la partida. No había duda. Esto fue lo que pensé: ¨duerme en el garaje, o en el felpudo, o en una silla sobre un cojín. Está en celo. Posiblemente, ya esté preñada, y si no lo está, lo estará dentro de un par de horas. Cuando eso suceda, parirá aquí, porque no quiere estar en otro sitio¨. Siendo práctica, sólo tenía dos opciones: Quedarme con ella sola, o quedarme con ella y su futura camada. Yolanda nos acompañó al veterinario. Esperando a que la vieran, decidí que se llamaría Luna. Está sana, es siamesa y no tiene ni siquiera un año. Unas pastillas y varias inyecciones después, volvimos a casa y pregunté a las peques si querían que se quedara. Por supuesto, la respuesta fue sí. Hoy la han esterilizado. Ya no tendrá gatines con los que yo no sabría qué hacer. Y ya no tendrá que ir a comer a ningún sitio si no quiere. Luna ha ganado el pulso. Es la gata más cariñosa que he tenido. Y la más tozuda. Y Greta, Gala, las peques y yo estamos contentas de que esté aquí. Está claro: el que la sigue, la consigue. Bienvenida Luna.

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Sobre el autor


Beatrizbeneitez 120 veces
compartido
ver su blog

El autor no ha compartido todavía su cuenta El autor no ha compartido todavía su cuenta

Revista