Revista Literatura

Me siento emparedado, my God.

Publicado el 11 septiembre 2010 por Francissco

Me siento emparedado, my God.

La salvación individualista.

El individualismo más exacerbado y mofletudo suele ser la opción a la que terminas acogiéndote cuando ya vas teniendo cierta edad y compruebas que la dirección de los palos que recibes es triple. Te los puedes llevar por arriba, por abajo y por los lados, tomando las tres definiciones en un sentido amplio.

Por encima tuyo y en el mundo de arriba anidan -sociálmente hablando y en primer lugar- los políticos, osease gobiernos y administraciones diversas, con unas burocracias bien densas que disponen de amplio tiempo para almorzar. En nuestro caso, quienes ahora gestionan nuestro país a nivel estatal han degradado hasta niveles nauseabundos la palabra “progresista”, provocando que un servidor que tiempo ha se identificaba con la misma les retirara el voto asqueado y con arcadas, teniendo, para colmo, una discusión con su papi  -rojo ad aeternum-  de la cual pasaré factura a nuestros gobernantes.

Mal se puede “progresar”, digo,  cuando se confunde gobernar las realidades con cambiar de nombre a las mismas y se pretende que la naturaleza humana es de factura arcangélica, en base a una mística política nacida, esta vez, de lo laico y de lo seglar. Para agravar el asunto, tanto ellos como la oposición -allí donde gobierna- han compartido la misma fe estúpida en similar modelo económico, basado en cobrar comisiones, poner muchos ladrillos y facilitar hipotecas, actitud monstruosa que nos ha llevado casi hasta el abismo.

Siguiendo con los palos que llegan de arriba al ciudadano, están las todopoderosas Corporaciones, como no. Por propia experiencia, sé como buscan “optimizarte” cuando trabajas dentro y, por experiencia compartida, todos comprobamos el como nos intentan seducir o acojonar, según convenga, para sacarnos los maravedíes cuando estamos fuera, cuando consumimos. Siempre puedes decir a una compra que no, se dirá, pero pensar esto, en los tiempos del neuromarketing que viene (neurología por imagen cerebral aplicada a la publicidad, un movidón de la hostia, ya veréis) empieza a ser ingenuo.

Y haberle comprado a una Corp. significa haberle ofrecido el cuello al vampiro. Entonces quedas preso de su “Atención al cliente” y de su servicio postventa. Han conseguido escaquearse de su responsabilidad en la crisis gracias a que los políticos son más tontos y más conocidos.
Mencionar las colosales fechorías plutocráticas suele ser tema tabú en los ámbitos de derechas -para entendernos prontito- donde adoran a los financieros por ser los motores del mundo moderno, tan solo objetados por los sindicatos.

Y de estos, nos llegan los primeros palos laterales. (hoy no doy abasto) Toda la casta de liberados sindicales necesita justificar su existencia, su masivo tiempo libre, su calidad de vida envidiable. Y nada mejor que un coco empresarial. En mi empresa hay un enlace de Comisiones con su puesto casi continuamente abandonado, si no fuera por las visitas que hace cargado de propaganda.
Un convenio hábilmente pactado con la dirección lo hace posible. Si tiene que defender puestos de trabajo siempre prima la antiguedad, privilegia a quien está afiliado, etc, un asco, vamos.

De los lados nos llegan también la colisiones con los compañeros de trabajo, las zancadillas y las luchas por aparcar antes que otro, así como la ostentación de coche nuevo, que vulgaridad, redioss.

Y de abajo nos llegan los supervivientes de otros países, gracias a unas puertas de entrada mal gestionadas, que han creado bolsas absolutamente ingobernables en las grandes ciudades, generalmente conviviendo con las clases nacionales más desfavorecidas, así como poniendo a prueba el adiestramiento buenista e intercultural de las mismas. Seamos objetivos, amigos míos, los proletarios son/somos incapaces de llegar a las cotas de tolerancia de los progresistas de la Calle Serrano de Madrid, pej, capaces algunos de ellos de sacrificar el gimnasio y la pelu por acudir a una convocatoria prointegración.

En dicha calle Serrano y otras similares, aprovecharemos para decir que conviven con otras clases adineradas que son algo más astutas y coherentes. Los ricos de derechas son más listos y no suelen meter la pata defendiendo a los pobres y cayendo en contradicciones de clase porque, por lo general, ya han sido adiestrados en la infancia por sus parientes pudientes.

Sacar la sangre al prójimo siempre ha sido una tradición entre ellos y saben hacerlo con eficacia y discreción. Siempre han sabido financiarse, además, las complacencias eclesiales con el Eterno Estado de Cosas, dado que el reino de Dios está “en los cielos” y los que aquí sufren allí arriba serán saciados. (en su espíritu, obvio. Su cuerpo y cerebro fueron para sus patronos)

De los inmigrantes, prosiguiendo, vemos como una proporción nada despreciable de ellos trabaja en la economía sumergida. No cotizan pero reclaman tajada sanitaria, al igual que los jubilatas extranjeros ricos. Otros, espero que mayoritarios y para compensar, símplemente intentan llegar honradamente a fin de mes en esta casa de locos.  Y queda otro segmento  -más pequeño, pero más ruidoso- que han entrado directamente en la delincuencia importando modelos delictivos de su terruño. Y como decía arriba pero aplicado aquí a la inversa, mentar sus fechorías de forma inteligible es tema tabú en los ámbitos de izquierda.

Como era de esperar, el tema delictivo/mafioso vuelve loca a la poli española, acostumbrada a los sinverguenzas de por aquí, a los de siempre, los de toda la vida.

Y la suma de estos horrores juntitos nos aplasta a los demás y nos empareda por todos los lados, uuf, que yo ya estoy que no me baja la regla. Y de las corporaciones mediáticas no esperes nada. No esperes demasiada luz sobre las maldades corporativas y  bancarias en los ABCs, Mundos y Razones. Tampoco esperes comprensión con esa señora mayor de barrio obrero que se queja de sus vecinos magrebíes . No la esperes en Países, Públicos, Norias, Cuatros y demás.

Estamos llenos de puntos ciegos informativos, de hecho ya casi hay dos formas de hablar de la realidad, las cuales son mutuamente contradictorias y convenientemente represoras de las cositas que no les interesan, ya sea por imperativo ideológico o económico. Muchas veces escoges una de ellas como mal menor, tapándote uno de los dos ojos.

Y el futuro cienciaficcionero no termina de llegar, no hay manera de cambiar de Universo, de viajar al pasado, de alargar las vidas y endurecer los miembros viriles sin viagra, de teletransportarnos y de echar un polvo en Marte. Así que perdonad por la extensión y a refugiarse todos en el egoísmo y en la vida privada, renegando de la acción colectiva, que hoy estaba así de marmolillo, sorry.


 


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