Revista Talentos
En una oscura esquina veía la noche pasar; asustado por los innumerables terrores que albergaba en su ser, gritos, lamentos e incontables cuerpos que yacían muertos en el suelo; algunos habían muerto por sus manos, «eran órdenes de su coronel», se repetía. «Las medallas no siempre merecen tal sacrificio», pensaba.