Mesa redonda, lecturas y correcciones

Qué ganas tenía de tener una semana como la anterior, señores. Qué ganas de llenar la agenda de planes que realmente me apetecían hacer. Esta semana, además de retomar mi vida, me he llenado de literatura. Encantada por ello, vamos, cómo lo echaba de menos.
He vuelto a leer. En la recta final del estudio una relectura rápida de Persuasión, de Jane Austen, había caído porque necesitaba desconectar y fue el primer libro que pillé. Pero desde que di carpetazo al examen han caído varios más: una relectura de Ecdisis, de Estela Rengel, porque necesitaba volver a conectar con sus versos y sentí en su día que le tenía que dedicar un segundo vistazo; 70 trucos para sacarle brillo a tu novela, de Gabriella Campell, un manual breve y conciso sobre corrección que recomiendo mucho; y Animal de deseo, de Kris León, un poemario que llegó a mí casi de casualidad por una oferta que vi y que me ha gustado y sorprendido a partes iguales. Ahora mismo ando leyendo Jane Eyre, de Charlotte Brontë, relectura en inglés que había dejado en puntos suspensivos durante mes y medio y que ahora he cogido con ganas.
He retomado mis textos. No todo lo que hubiera querido en un principio, porque el cansancio sigue ahí, se nota demasiado y pesa a veces, pero en parte he avanzado con mis correcciones. Las relacionadas con concursos no van mal del todo, aunque precisan  que me ponga a pulir un poco más. Me hubiese encantado dedicarle más tiempo a Dx: Síntomas, pero se me hace mentalmente imposible, está demasiado conectado con lo que acabo de quitarme de encima y me emboto en seguida. Del prólogo no he pasado y creo que necesitaré un poco más de tiempo para poder enfrentarme al proyecto en condiciones.
No es lo único en mi agenda estos días. También he tenido tiempo para dos citas ya apuntadas.
La primera, el pasado martes, fue una mesa redonda llamada "Arte, mujer y enfermedad", donde participaron Rosa Ribas, Marta Querol e Isabel Barceló. Isabel se centró en el arte de la curación, hablando de la prehistoria y Edad Antigua, el uso de las hierbas, las mujeres sabias y las culturas matriarcales y patriarcales, entre otras cosas muy interesantes. Marta habló sobre la enfermedad, la muerte y cómo la escritura supuso una terapia para enfrentarse a ambos. Me quedo con su frase: "compartir reconforta también". Rosa habló de su libro, Miss Fifty, y de la importancia de reivindicar el poder de la palabra ante el tema enfermedad y miedo a la muerte, además de abordar en dicho libro y en la charla algo bastante duro: las mujeres a partir de cierta edad desaparecen. El humor, como nota clave para el tratamiento de estos temas, lo condensa en un comentario que recibió en su web: "cuando dejamos de reírnos empezamos a morirnos".
Interesante, como veis. Para terminar la semana, el pasado viernes tocó una sesión de cafetería y conversación con Valencia Escribe, los que pudimos pasarnos ese día. Un momento agradable que hacía tiempo que no pasaba con ellos (no me acuerdo de cuándo fue la última vez que fui con ellos a una de estas reuniones).
Para los próximos días tengo apuntada la maratón de microrrelatos en Massalfassar. Anxo se apunta también, así que supongo que la crónica del lunes que viene va a ser bastante interesante.
Feliz semana, señores.