Revista Literatura

mi cerebro, mi tirano

Publicado el 28 diciembre 2015 por Enletrasarte
debajo
un hombre con sus órganos, piel y huesos
bajo la tutela inaprensible de su tiranía,
todo bajo su designio maldito;
ya abro mis ojos, ya los cierro,
respiro,
camino,
todo es su obra, todo es su antojo
quiero pensar por mi mismo
tratando de averiguar si mis sentimientos
son míos
pero todo pensamiento, ilusión o deseo
le pertenecen
le son intrínsecos
me atormenta su razón sobre la sinrazón
el hecho de que junto al bien desear
está acunando el odio, 
y en los bretes donde descansan mis sueños
se desperezan las pesadillas que sobresaltan mis ánimos
en su inmensidad
el muy huraño me destina una porción diminuta
para soñar, pensar, saber, crear, vivir
semeja la vía láctea que deambula perdida en el universo;
tiene tan poca vida, aunque pudiera ser gigantesca
más le vale que los recuerdos 
a los que me condena, sean los que pertenecen a ti,
al calor de tu piel, al perfume de tu pelo, al garbo de tu andar;
más le vale expulse los malos pensamientos,
dudas, celos, rencores
el muy bribón sabe mentir,
inventar un verso sutil que clavados en tus ojos
cante la juglaresca historia que quieres conocer;
tal es así
que no pierde oportunidad de mentirme a mi mismo
en lo que dimos en llamar ego,
chauvinismo de mis fueros sobre todo lo que me rodea
ay si le pudiese creer, como lo haces tu,
que mi pasión es una candela ardiente
que se incendia bajo mi piel,
que mis deseos de ti es el resultado del estertor
del aire que respiramos juntos, cual si fuera la última vez
que tuviésemos oportunidad de hacerlo
cómo quisiera creer que somos salvajes
sin ningún conocimiento
ignorantes del amor
para inventarlo
para crear en nuestra imaginación
todo lo que este cerebro nos quiere hacer creer
que es la felicidad
crearnos
solos tu y yo
perdidos en un beso
a ojos cerrados conocernos cada palmo de nuestro cuerpo
sin que ese intruso nos diga de qué estamos hechos
amarnos con locura
en la más absoluta razón de querernos por querernos
y después de eso
sabido del amor
sabido uno del otro
aprendidos todos los gustos
experimentados todos los sentidos
poner en nuestros cerebros
la dosis exacta 
del amor perfecto
si
ya sé
mis palabras son utopía
mi cerebro gobierna sobre mi
el tuyo sobre ti
no obstante, individuos, podemos aceptar
que el amor que sentimos
es tan único
como nosotros mismos;
tanto como un lirio silvestre
que rompe el capullo
respira
bebe el sol
se marchita
y muere dejando su simiente a merced del viento
esa brevedad del amor
es lo que lo hace maravilloso
¿verdad?




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