Revista Diario

Mi maravilloso parto soñado y mi realidad.

Publicado el 19 febrero 2013 por Gracitata @Lactandoamando


Mi maravilloso parto soñado y mi realidad.Hace unas semanas tuve un sueño maravilloso:
Por fin daba a luz a mi hija querida, el parto perfecto, en mi propia cama, rodeada de quien más deseo tener a mi lado en ese momento: mi marido y mi hijo, ambos presentes y disfrutando del momento.
Sintiendo el dolor del parto pero controlándolo con toda naturalidad, respirando y sintiendo,  porque no había nadie que me molestase, simplemente me dejaba llevar por mis instintos de mamífera...


Por fin vi a mi hija, ya salía de mí, la ayudé a salir con mis propias manos y la puse sobre mi regazo, era tan bonita....me miró con sus ojazos bien abiertos y me sentía realmente plena y poderosa viviendo ese momento en familia e intimidad... mi hijo se acercó y lo abracé, besó a su hermana con dulzura y nos quedamos así los cuatro, abrazados, durante mucho tiempo… Besaba a mi marido, a mi hijo, a mi hija mientras buscaba mi pecho acompañada de su hermano…fue la mejor bienvenida que le pudimos dar.

Pero fue solo un sueño…aunque he de decir que el más maravilloso que jamás he tenido.
Hace mucho tiempo desde que estoy embarazada, que no dejo pensar en mi anterior parto, en lo bueno y en lo malo, en como mi sueño de tener un parto natural y respetado se vio truncado por una inducción muy poco respetada y por falta de humanidad...
Recuerdo cómo lloraba entre contracción y contracción, no era llanto de dolor, sino de impotencia, una impotencia enorme de no poder controlar la situación, de que no se me permitiera moverme, ni respirar como necesitaba ni pujar cuando mi cuerpo me pedía a gritos hacerlo… impotencia de verme postrada en una cama, rodeada de vías, de cables, de máquinas…. Con demasiado personal entrando y saliendo, con los nervios desbordados y con unos dolores insoportables e incontrolables causados por el goteo constante de la oxitocina artificial, dejando a mi cuerpo incapaz de producirla por si mismo…
Impotencia de sentir que no estábamos enfermos, que solo quería ayudar a mi hijo a salir a este mundo y que no me dejaron hacerlo por mí misma en ningún momento, no tuve ni la más mínima libertad para parir como mamífera que soy, como mi cuerpo sabe hacerlo.
Recuerdo que cuando me confirmaron que, a pesar de estar dilatando por mi misma, me inducirían el parto, mientras me cambiaba de camisón en la habitación ya comencé a llorar. Entró una matrona al verme así y me preguntó qué pasaba, solo recuerdo decirle entre lágrimas que ya no podría tener el parto que tanto había deseado…ella me dio ánimos para seguir luchando por cumplirlo, pero de poco sirvieron ya…desde ese momento ya no era dueña de mi parto, me lo habían robado y a día de hoy y después de saber todo lo que sé, no tengo claro que realmente hubiera hecho falta esa inducción...
Y aunque el final fue bonito, aunque finalmente teniendo a mi hijo en brazos no me separé de él ni un segundo y desde entonces ha sido así, aunque teniendo a mi hijo sano ya todo pasó, no puedo sacar de mi alma aquellas sensaciones, aquella frustración, aquella pena de no haber podido vivir mi parto como me hubiera gustado o más bien como necesitaba.
Y claro, ahora mi nuevo embarazo va avanzando y me es imposible no pensar en mi parto.Llevo unos meses pensando en lo que deseo y sobre todo sintiendo mi deseo y aunque me dé un miedo enorme enfrentarme a lo desconocido, quiero, necesito parir en casa.A lo mejor me llamáis loca, pensáis que no lo he pensado bien, pero llevo pensando en ello desde hace meses y es lo que mi corazón siente. Es algo muy meditado a pesar de saber que no es posible...
Soy consciente de que no puede ser, de que si tuviera un parto en casa sería rodeada del personal necesario, seguro que con las maravillosas matronas de Oceans, pero que esto supone un enorme coste económico que no puedo afrontar de ninguna de las maneras en estos momentos.También sé que aunque mi pareja me apoya ahora, si de verdad tomara la decisión de parir en casa sentiría un miedo enorme y no estaría convencido de ello y esto, aunque en realidad sea mi cuerpo el que pare, es cosa de los dos, pues nuestra hija es eso, nuestra, no solo mía…
Y por supuesto sé que tendría que luchar con una falta de apoyo total en mi entorno, aunque bueno, quizá con eso podría seguir adelante con el apoyo de mi pareja y de los que realmente necesito a mi lado en esos momentos.
Y también tengo que reconocer que aunque es lo que más deseo, mi mente, racional y totalmente empírica, que nunca se ha enfrentado ante semejante hecho, siente miedo, mucho miedo. Miedo a verme en todo el proceso, desconocido para mí, miedo a no ser capaz, miedo a que nos pase algo a mi hija o a mí….supongo que todos esos miedos son muy normales cuando nunca lo has experimentado. Como os he dicho, soy muy empírica y me cuesta enfrentarme a lo nuevo y más a un hecho que marcará el resto de tu vida como el nacimiento de un hijo.

Imagen de Albert_Pons

Pero sé que ese miedo podría verse recompensado con el maravilloso momento de vivir mi parto como mi cuerpo me pide a gritos, como todo mi ser necesita y que si todo saliera como esperamos sería la mejor experiencia de mi vida y de la vida de mi familia. Poder hacer partícipe a mi hijo del nacimiento de su hermana, seguro que lo recordaría el resto de su vida con todo su cariño y que todo sería mucho más sencillo para él.
Llevo unas semanas, muy sensible con el tema, siempre que escucho algo relacionado con parir en casa o de manera respetuosa y natural, se me escapan las lágrimas, no lo puedo controlar. Sin ir más lejos, ayer en las clases maternales, mi matrona nos habló de la posibilidad remota de que dilatásemos rápido en casa y coronáramos allí, que no pasaba nada, que nuestra pareja llamara al 112 para que vinieran a echarnos un vistazo y que solo teníamos que ayudar a nuestro bebé a venir a mundo y arroparlo en nuestro pecho, que  no había que hacer absolutamente nada más y que calentarlo y protegerlo, ni cortar cordón, ni sacar placenta...  Otra vez se me saltaron las lágrimas, pensando en que, precisamente eso era lo que había soñado la otra noche, que había recibido a mi hija así, de ese modo, en mi casa, en mi cama…así que nada, miré al techo, respiré hondo y seguí con la clase con mi mejor cara, aunque la verdad que me emocioné pensando en poderlo vivir así…
¿Y por qué ese interés en parir en mi casa?, porque es donde realmente me siento segura, porque sé que aquí podría vivirlo como deseo, que aunque tuviera momentos en los que el miedo o el cansancio me invadieran, me sentiría mucho más segura y poderosa, porque, sencillamente, lo normal en los mamíferos es parir en su entorno más conocido y cálido, solo los seres humanos nos desplazamos a hospitales para parir a nuestras crías.
Porque el parto, al igual que el embarazo, la lactancia….es una etapa y vivencia más de la sexualidad femenina, un momento íntimo, especial que debe ser respetado como tal.
Porque quiero parir en libertad, pudiendo moverme a mi antojo, pudiendo deambular todo lo que necesite, disfrutar de los beneficios del agua caliente si me lo pide el cuerpo, saciar mi hambre y mi sed si lo necesito, no sufrir incesantes tactos innecesarios, quiero no sufrir prácticas y maniobras injustificadas como la última vez y que tantas consecuencias negativas me trajeron, quiero que se me trate con respeto, no como a una niña que no sabe lo que quiere, quiero intimidad, quiero tranquilidad, quiero que permitan a mi cuerpo producir todas esas maravillosas y sabias hormonas que me ayudarán a parir naturalmente y quiero apoyo, de mi marido y mi hijo y del personal que me atienda, quiero recibir a mi hija en un ambiente de paz y de amor y no en uno de miedos, nervios, luces, voces extrañas y falta de intimidad. Solo rodeada de mi pareja e hijo, los dos que tanto deseo tener a mi lado en ese momento y que tampoco podré verlo hecho realidad.
Y porque sé que en un hospital, por muy “pro-parto humanizado” que digan ser van a seguir protocolos y órdenes, porque hay mucho personal que, si te toca en “suerte” ese día, no estarán dispuestos de molestarse en tratarte del modo que necesitas y perder su valioso tiempo contigo, porque un hospital, diseñado para curar a los enfermos no es mi entorno, es un entorno hostil que me pondrá nerviosa, porque no soy una enferma pero que cuando llegue allí me tratarán como a una o aun peor, de manera paternalista, como a una niña pequeña que no sabe de nada y a la que hay que decirle lo que tiene que hacer…o que si voy bien informada y reclamo mis derechos, como a la que va de sabionda que les fastidia el día y que por tanto no hay que hacerle demasiado caso…
Ya sé que no tiene por qué ser así, sé que también es posible un parto bonito, humanizado y respetado en un hospital si das con el momento y el personal adecuado, pero es tan complicado… y esto es una realidad incuestionable.
También sé que aunque de momento mi embarazo vaya de maravilla, aún pueden surgir muchas complicaciones y que finalmente todo acabe en otra inducción o cesárea de urgencia…o fórceps….o qué se yo….eso nunca lo puedes saber hasta que llega el momento. Solo sé que si vivo mi parto en un sitio hostil y con personas que me hagan sentir enferma es más posible que pueda sufrir alguna de esas complicaciones a si lo vivo en mi entorno más cercano y cálido…
Pero sea como sea, a pesar de no poder vivir ese maravilloso parto que soñé, me siento fuerte, preparada y formada, sé  bien lo que quiero y lo que necesito y cómo quiero vivir mi parto aun siendo en un hospital…
Por eso ahora estoy redactando mi pan de parto y del nacimiento de mi hija, algo extenso pero con todo lo que yo necesito y que quiero para mi hija, nada raro ni inaccesible, todo realizable si tienen voluntad y si mi parto transcurre con total normalidad y mi pequeña nace sana y fuerte, sin complicaciones, así que espero que al menos, ya que no puedo ver cumplido mi sueño de parir en mi casa, respeten mi voluntad y la de mi marido en uno de los momentos más únicos especiales y maravillosos de nuestras vidas como será el nacimiento de nuestra pequeña Angela. Que podamos darle la bienvenida que ella se merece.
Os dejo un vídeo que resume todas las emociones que sentimos a la perfección, seguro que os gusta, a mí me emocionó..



Mi maravilloso parto soñado y mi realidad.


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