Revista Diario

Mi niño, el que más

Publicado el 16 septiembre 2011 por Sandra @sandraferrerv
Mi niño, el que másAunque siempre me han dado mucha rabia los refranes, he de reconocer que están llenos de grandes verdades. Uno de mis preferidos: Nunca digas de este agua no beberé. Pues eso, yo siempre he dicho que nunca escondería un defecto de mi hijo, que sería una madre objetiva, que no me cegaría ante sus errores o posibles defectos, bla, bla, bla.
Pues bien, la semana pasada fuimos con Bebé Gigante a su revisión de los 4 años. Iba todo perfecto, alto, bien de peso, espalda perfecta, todo perfecto. Pero llegó la prueba de la vista. Lo pusieron delante de un panel con todo de "Ees" en distintas direcciones. La doctora me pidió que le tapara un ojo, así que me puse en cuclillas a su lado. Estaba yo tan ufana viendo como mi pequeño iba marcando con su manita la dirección correcta de todas las líneas. Pero cuando llegó a la última línea, la más pequeña, no acertó ni una. La doctora no le dio importancia porque las letras eran muy pequeñas y aun puede estar desarrollando la visión. Pero esa no es la cuestión. Cuando vi que dudaba sin saber qué decir, tuve el impulso de chivarle al oido la solución correcta. Evidentemente no lo hice y he de reconocer que me sentí ridícula. Si se me llega a escapar en voz alta me muero de la vergüenza.
Analizando ese impulso me di cuenta que en mi fuero interno quería que mi hijo fuera perfecto. Es importante intentar ser objetivos con nuestros hijos e intentar que el amor hacia ellos no nos ciegue en exceso. Ya sé que esto que os explico puede parecer una tontería pero hay padres que no quieren ver los defectos o errores de sus hijos y llegan incluso a culpar de ellos a terceros (profesores, médicos...). Es importante ser conscientes de ello, para poderlos corregir. Negándolos no desaparecerán, al contrario, pueden empeorar.
Sean cuestiones físicas o de conducta, hemos de ver a nuestros hijos con objetividad.

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