Mi primer libro

Tal día como hoy, me regalaron mi primer libro mío. Mío, mío y sólo mío. El primero.
Recuerdo una mañana soleada, debió de ser un día festivo porque mi padre me llevó de paseo por las soleadas casetas del parque en el que los libreros exhibían su mercancía.
Yo no entendía muy bien qué pasaba.  Tampoco me importaba. Me gustaba el ambiente alegre y relajado de una primavera que se esforzaba en dejar de ser un invierno, disfrazando el aire frío en el rostro de cálidos cantos de pájaros. 
Yo caminaba distraído observando los libros que me permitía mi reducido tamaño, mientras me sujetaba a la cálida y enorme zarpa de mi padre.
No recuerdo en qué momento, ni en qué caseta se detuvo el gigante que me custiodaba. Recuerdo un paquete improvisado en papel de estraza que se deshizo al llegar a mis manos. También recuerdo el tacto de un libro pequeño, agradable, fresco, duro y algo áspero; como un adelanto de la historia que encerraba. Nunca he controlado demasiado bien mi expresión facial y al inquisitivo ¿Te gusta? de mi padre, respondí con un educado "sí" de mentira.
Fue hace treinta y tres años. Lo conservo como oro en paño. Recuerdo que tras la decepción inicial lo leí ávidamente. Y recuerdo que no entendí nada. Y recuerdo que volví a leerlo, una y otra vez, hasta que conseguí entenderlo. Quizás mi padre se pasó de la raya regalándome "El Lazarillo de Tormes" cuando todavía me faltaban tres telediarios para cumplir siete años, pero sé que lo hizo porque me veía preparado para esa aventura.
Hoy es el día del libro y es un buen momento para comprar uno. Pero no para que sirva de adorno en una estantería, si no para leerlo. Tienes de plazo un año para conseguirlo, y espero que esta vez no te gane ningún niño de siete años.
Salu2